✔ 6. Emoción

544 Words
✔ 6. Emoción Adriano Mancini: Estoy aquí sentado en el balcón con una copa de vino en la mano, contemplando la hermosa vista del viñedo. No puedo decir cuántas veces en mi vida he tomado una copa de vino en este mismo lugar. La diferencia entre hoy y las otras veces es que estoy solo, perdido en mis pensamientos. He perdido a mi amigo, el que, aunque no tenía ninguna obligación, era como el padre que nunca tuve. Me entristece su muerte, por un lado entiendo que no se operara, pero por otro no puedo entenderlo. Nunca imaginé que yo estaría incluido en su testamento, mejor dicho, los incluidos eran los familiares, yo soy el heredero. Si me preguntan si quiero todo lo que me dejó, digo que no. Con mi trabajo ya había conseguido mis primeros logros. Pero ya que me pidió que aceptara su última voluntad, lo haré, sabiendo que no lo hizo para fastidiar a Gioconda, sino porque me tenía como hijo. En realidad nunca le vi como mi jefe, nuestra relación era mucho más que eso. Estoy aquí con la carta que dejó, y santo cielo, no pude contener las lágrimas. ✔ 6.1 Carta: "Adriano hijo mío, imagino que estás confundido por los recientes acontecimientos, y buscando entender mis motivos. En tu lugar, yo también lo estaría. Viví todo lo que me tocó vivir, de joven disfruté la vida, pero mi enfoque siempre fue el trabajo. En la vejez, mi único objetivo era vivir tranquilamente, y lo hice. Mi viña era mi lugar de paz. Y seguro que amas este lugar como lo amé yo, no por su valor económico. Te hice mi heredero porque siempre te vi como un hijo. Cuando llegaste con tu abuela y tu madrina, trajiste alegría a mi vida. Sé que nunca fue fácil para ti no conocer a tu padre, saber que tu propia madre te despreciaba. Qué difícil fue lidiar con esta situación en tu infancia. Creciste, y nunca mostraste interés por mi dinero, nuestra relación siempre fue la de padre e hijo. Buenos amigos. Nunca dije nada, pero siempre me alegraba cuando la gente me preguntaba si eras mi hijo, me sentía orgulloso. Y sí, eres mi hijo, aprendí a quererte así. Sé que tendrás problemas con Gioconda y Fúlvio, te pido disculpas por eso, pero ellos sólo querían mi dinero, nada más, y mi visión de la familia es diferente. Tú eras mi familia, mi alegría. Para ellos un lugar donde vivir es suficiente. Podría haberle dejado más a Fiorella, pero tendría problemas con los dos buitres a los que llama mamá y hermano. Sé que cuando lo necesite tendrá un piso donde vivir, y los ingresos del alquiler de los otros dos, y por supuesto tu ayuda, porque conociéndote como te conozco, sé que nunca la dejarás en la indigencia. Cuidarás de mi pequeña." (...) Fin de la carta: 'Hijo mío, estoy orgulloso del hombre en que te has convertido. Te doy las gracias por hacer mis días más felices. Te quiero como a un hijo, hijo mío."  Imposible leer esta carta sin contener las lágrimas. No puedo describir lo que siento en este momento. ... Gracias por tomar un minuto de su tiempo para leer "El ángel de Adriano."
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