Anabella, se encontraba en aquella finca, propiedad de Alexander, salió a recorrer aquel lugar en compañía de su hermoso perro, luego apareció Camila aquella niña de 8 años qué vivía con su madre. — Hola ¿Cómo estás amiga?—preguntó Camila. —¡Qué tal! ¿Me vas a acompañar? te voy a llevar a dónde estan arreglando las herraduras de los caballos. —¡Magnífica idea! La casa de Anabella había quedado sola, Charlotte, aprovechó para entrar junto a un cómplice, rayo todas las paredes y dejó sucia la casa recortó papel de diario y dejó carteles en él primer cartel decía esto no va a quedar así, ¡Comienza mi venganza! Anabella, se hallaba disfrutando del hermoso día, en él fondo había una piscina. Camila entró a su habitación sacó la malla, con él bronceador una toalla, invitó a Anabella a meter
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