Mi pelo ondulado caía sobre mis pechos, llevaba puesto un hermoso vestido que me había comprado Daven, mis labios iban pintados de un color rojo intenso y llevaba puesto unos tacones muy altos. Se suponía que iba vestida como Sarah. De lo único que no pudo convencerme fue de cortar mi pelo para hacerme un flequillo , eso jamas ; de todos modos la peluquera había cortado un poco y este se mecía a un lado de mi cara, llegándome hasta el hombro. Era el mechón más corto que tenía. Las manos de Daven me sujetaban con firmeza mientras entrábamos a la mansión de los López, unos cuantos empleados nos recibieron todos en línea vestidos con sus uniformes a la entrada de la casa, detrás de ellos nos esperaba la señora López. Lucía un elegante vestido y en su rostro exhibía una sonrisa. Mucho más cá