| La penitencia y peor que una droga |

2163 Words

Alexander Curveo mi espalda al sentir el latigazo, mientras escucho los insultos y gritos de Clementina…mi piel arde como el demonio, pero de forma indescriptible lo que más me afecta son los gritos de mi fresita, quien está viéndome ser castigado y humillado de una forma atroz y asquerosa. Aprieto mis dientes entre sí, esperando el siguiente, pero tarda en llegar. ─¡Detengan esta locura! ─Exclama el obispo Santino que se encontraba enfermo y que, gracias a él, estoy en este instituto desquiciado, donde Dios parece que lo ha dejado a su suerte con sus oradores pervertidos. Giro mi rostro observando al anciano que baja con su traje de parroquia y se acerca encarando al retirado obispo Kai y golpea su bastón. Clem aprovecha y se zafa para llegar hacia mí. Se detiene un instante pensándo

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD