Miro los ojos celestes de Alex, quien sella mis labios con su índice como si yo quisiera que nos descubrieran. Mi corazón late con fuerza y aún estoy con los espasmos de los orgasmos intensos que él me provocó. ─Saldré y te quedas aquí ─susurra en demanda. Asiento con mi cabeza y él termina de acomodarse el alzacuellos pasándose una mano por el cabello. Antes de salir presiona sus labios contra los míos en un beso que sabe dulce. Él realmente no se está esforzando en no ilusionarme ni un poco. Empujo mi espalda al fondo del confesionario esperando a que cuando abra la puerta lo haga rápido y no se vea el interior. Alex sale y dejo salir un suspiro cuando cierra la puerta de madera. Este lugar huele a incienso luego de que él se ha alejado de mí pues su perfume es embriagador e hipnotiz