Me despierto completamente desorientada y sobresaltada, no entiendo nada de lo que esta pasando. Miro a mi alrededor y solo veo una vez más la soledad en esta habitación. —Tranquila Maia, ha sido solo otro sueño más. — Me digo a mi misma y fijo mi mirada en el enorme espejo que forma parte de la puerta de mi guardarropa ubicado justo enfrente de mi cama. Noto como mis mejillas que usualmente están pálidas ahora están sonrojadas, mi cabello castaño, lacio esta desordenado, y mis ojos verdosos están llenos de lágrimas.
Otra noche más donde él se aparece en mis sueños, una vez más me parece sentir sus manos acariciando todo mi cuerpo de la manera que solía hacerlo. —Fue todo una mentira. — Le digo a mi reflejo intentando convencerme. —Supéralo Maia, en parte es tu culpa, ¿cómo se te ha ocurrido haberte enamorado de quien era tu mejor amigo y haberlo vuelto loco hasta el punto de que lo convenciste de intentarlo?— Me repito una vez más y es que no puedo dejar de reprocharme todo lo que paso, la culpa no me deja en paz.
Amarro mi cabello en una coleta improvisada usando el moño que siempre dejo en la mesita de noche y como casi todas las mañanas me siento en la borde interno que hay en el ventanal de mi habitación. La gente camina a orillas del mar como siempre lo hacen y sonríe al ver el hermoso día que hay afuera. En cambio, yo sigo siendo un fantasma de quien solía ser Maia Irazábal. Hace seis meses que Yazid y yo lo hemos dejado y no lo puedo superar, y es que he perdido no solo al hombre que tanto amé y al que le di todo lo que soy, sino que también perdí a mi mejor amigo, y eso si que no me lo puedo perdonar. Me recrimino una y otra vez el haberme obsesionado con él, y no puedo dejar de preguntarme como es que pude llegar a tanto, ¿Por qué no me rendí cuando me di cuenta que no había oportunidad para nosotros?
Respiro el aire que llega desde la playa e intento relajarme, pero no lo consigo. Solo soy capaz de repasar en mi mente lo mucho que he insistido en que se fijara en mi, en las veces que lo seduje, ¿Por qué nunca comprendí que no era para mí? ¿Por qué me ha tocado entender la realidad bajo el fuerte ruido de sus palabras?
"Maia, no puedo más con esto. Lo he intentado, pero no lo consigo... no estoy enamorado de ti. Esto se acabó ya.” Es recordar sus palabras y volver a sentir mi corazón romperse en mil pedazos.
"Yazid, por favor, perdóname... no quise hacerte esa escena de celos, pero esa tipa no dejaba de acariciarte." Mis palabras me perturban.
Estoy…estaba loca por él... tanto que me olvide de mi misma, y eso no sé si me lo pueda perdonar. Mis amigas insisten que deje aquella historia a un lado, pero me es muy difícil cuando escucho su voz todas las tardes mientras toca el piano en su piso. Es tan solo una pared la que nos separa... bueno, en realidad es una pared física y otra que él ha levantado entre los dos.
Quisiera derrumbarla, que más quisiera yo que hacer eso, aunque sea para volver a ser aquellos amigos que fuimos en algún momento, pero dudo que él quiera arriesgarse a pasar por lo mismo y yo no quiero seguir pasándola fatal como lo hago cada vez que me parece escuchar la voz de una mujer proviniendo de su piso.
Un ruido hace que vea a un lado y allí está él asomándose por su ventana. Nuestras miradas apenas se cruzan y al darse cuenta de que estoy aquí, él entra de nuevo a su piso, y es así como vivimos desde aquel ultimo día juntos, y lo peor es que sé que es por mi culpa.