Con una sonrisa en su rostro, Ethan asintió en acuerdo con Oliver su trabajador.
—Tienes toda la razón, el antiguo Ethan ha llegado a su fin. De ahora en adelante, bloquearé a todas mis antiguas amantes, especialmente a Nicole —frunció el ceño mostrando su disgusto—. Estaba comenzando a exigir demasiado quería que fuera su pareja y que de ir a viajes y esas cosas.
» Hace un mes me dijo que la acompañara a un partido de futbol de su hijo y le dije que tenía como tres juicios en fiscalía. ¡Siempre me la tenía que quitar de encima!
—Oh, sí, ella se creía bastante libre y disponible, se creía soltera señor, jajaja —comentó Oliver entre risas.
En ese preciso momento, Ethan, con una mirada orgullosa en su rostro, con un tono de voz dramático y burlón que capturó la atención de Oliver quien lo miraba en su espejo retrovisor, le dijo lo siguiente:
—Sí, lo que pasa es que yo tengo la capacidad de transportarlas hacia mundos imaginarios, donde las posibilidades son infinitas. Con mi labia puedo hacer que una mujer de cincuenta años se crea de veinte— Una sonrisa de medio lado se dibujó en el rostro de Ethan, como si el mundo estuviera a sus pies.
Mientras que, Oliver en tono sarcástico respondió:
—¡Eso si es verdad señor, usted es también un brujo, hasta esas mujeres se olvidan de sus hijos jajaja!
Ethan soltando una pequeña carcajada, por lo ultimo que dijo Oliver, sostenía su teléfono celular y empezó a bloquear a todas sus amantes porque según él, ahora la hermosa pelirroja “chamana” era su próxima conquista y con sus mentiras iba a caer como todas sus examantes lo hacían.
Minutos después…
—Ya las eliminé a todas, si me las consigo les diré la que no falla: que se me perdió mi celular. Mira, se me ocurrió algo Oliver, ¡algo muy bueno!
—¡Dígame, señor ¿Qué será?
—¡Voy a llamar a la chamana y a pedirle su número de cuenta! Le depositaré por adelantado, le mandaré cinco mil dólares por su consulta, la atraparé con eso y luego le ofreceré un negocio conmigo en mi bufete de abogados.
—¿Negocio? ¿Y qué hará la linda bruja señor?
—Pues…puede trabajar en mis casos, según ella y que trabaja con el espíritu del “dios de la verdad” por lo que dice su tarjeta. Si es verdad que puede leer verdades, puedo disfrazarla de abogada y que…me ayude con muchos casos, principalmente el de la empresa de cajeros automáticos que me tiene loco. ¡Ojala y que sea cierto que trabaja con ese supuesto "dios de la verdad"!
—Si, es verdad, ojala y que sea cierto pero...¿Y eso no es ilegal señor?
Ethan con su mirada hacía el teléfono marcándole a Camila le contestó:
—¿Qué cosa?
—¿Qué ella sea abogada falsa?
—¿Y quien dijo que las cosas son ilegales para mí Oliver? No hay nadie más ilegal que el viejo que vamos a ver y lo he librado de la carcel como tres veces—dijo Ethan en aquel momento con una sonrisa marcándole a Camila.
Mientras tanto, en la bulliciosa ciudad de Chicago, Camila aguardaba pacientemente a su amiga, Wendy, sentada en una elegante mesa de un refinado restaurante. En medio de su espera, un señor mayor decidió aprovechar la oportunidad para entablar una conversación con ella.
—¡Buenas tardes, señorita. ¿Cómo se encuentra?! —saludó un señor con una sonrisa picarona y luego le guiñó un ojo.
Punto de vista de Camila…
Ah, un viejo baboso, lo que me faltaba. No entiendo porque los hombres no pueden ver a una mujer sola y más los viejos. ¿Qué les hace pensar? ¿Qué estamos disponibles siempre para ellos? Pero bueno, debo ser educada, así que, le devuelvo su saludo.
—Me encuentro bien señor ¿dígame?
Y mientras observaba con desagrado interno a este hombre, sin darle mi consentimiento audazmente decidió sentarse junto a mí y me lanzó rápidamente un cumplido.
—¡Permítame decirle que todo su cuerpo es un verdadero regalo para la vista y también sus ojos; es la primera vez que encuentro tanta belleza y encanto en una mujer, desearía tener una novia como usted para consentirla y amarla mucho con mis bienes!
En ese instante, el eco del tambor resonó en mis oídos, y el "dios de la verdad", me dijo de una buena vez:
—¡Él miente!
Ah, todo un clásico un baboso bien común y de paso podría ser mi abuelo. Pero con el tal Ethan Hunter, con ese si que no pude descifrar absolutamente nada. ¡Qué casualidad! ¿será que me dijo la verdad? Entonces, le hago una sonrisa hipócrita al viejo este y le digo en su cara para que se vaya:
—¡Ah, que mentiroso eres abuelo! ¡Váyase con su labia barata a otro lado, ya no le queda, ya usted caducó!
Al llamarlo abuelo, su rostro cambió y me dijo:
—¿Abuelo? ¿Quién te crees tu fea?
—Voy a llamar a la policía y lo acusaré por acoso si no se va. Yo a usted no lo conozco y se sentó sin pedirme permiso a la mesa. Y que pretendiéndome, por favor, podría ser mi abuelo.
—¡Pues llámala no tengo miedo!
En ese instante, al escuchar lo que exclamó el viejo el "dios de la verdad", me dijo:
—¡Él miente!
Cogí mi teléfono celular y enseguida vi que tenía una llamada de nada más y nada menos que de otro labioso mentiroso: Ethan Hunter, yo guardé su teléfono antes de salir de la mansión porque ambos intercambiamos tarjetas, antes de yo montarme a mi auto, su asistente de dientes chuecos se acercó a mí y me la dio.
Pero por lo menos el baboso de Ethan está buenísimo, y tiene tremendo cuerpazo. Puede aceptársele un piropo con agrado. Así que, mirando al abuelo con disgusto hice como si estuviera marcándole a la policía y tomé la llamada del tal Ethan. El viejo baboso creyó que estaba llamando a la policía, así que, me miró de mala gana y groseramente me enseñó el dedo del medio y se fue.
—Hola ¿Quién es? —contesté haciéndome la que no había guardado el número.
Luego, escuché la voz de Ethan quien me respondió con un tono de voz seductor y envolvente, como si sus palabras fueran susurros al oído:
—¡Hola, mi hermosa chamana, soy yo, Ethan Hunter, puede decirse que... tu "Superman", porque te salvé cuando estabas en aprietos hace rato... ¿Cómo estás hermosa deidad?
Al escuchar a Ethan por teléfono, no puedo evitar que mis ojos revoloteen con incredulidad, ya que no confío en una sola palabra que dice, así que, entre pensamientos me digo:
«¡Ah, hermosa deidad! ¡Que labioso!»
Pero el "dios de la verdad" permaneció en silencio sin emitir ninguna advertencia ni siquiera a través del teléfono. Ya que, también tengo la capacidad de percibir si alguien miente durante una conversación telefónica.
Nota de la autora Lily.
Pobre Camila, ni por telefono puede percibir las mentiras del labioso de Ethan. En los siguientes episodios veremos que sucede con Ethan y Camila y que le dijo aquella chamana parecida a la abuela coco.