“Dos bocas que se besan son dos heridas que se cierran al instante.” Marwan Luego de regresar al camerino, Micaela se cambia de vestuario, coloca un vestido rojo ceñido a sus amplias curvas, arregla su labial y sale nuevamente para el salón principal. Se acerca a donde está sentado Ignacio, acompañado de un hombre. —¡Buenas noches querubin! —lo saluda aproximándose a él y estampado un beso que roza sus labios. Ignacio algo sorprendido por la actitud poco reservada de Micaela, apenas le sonrié y para safarse de la situación, le presenta a su compañero. —Hola, ¿qué tal? Él es Raimundo. —Un placer Raí. —El placer es mío. Realmente un excelente espectáculo. —Muchas gracias. Me cae bien tu amigo —responde guiñando un ojo a Ignacio— sabe apreciar lo bueno. ¿Me invitas um trago? —Sí, por