Santino Testa encendió el tercer cigarrillo en lo que iba de la noche.
Al menos aquella adicción le ayudaba a soportar de mejor forma el hecho de que su prometida estuviese en manos de su más grande enemigo.
¿Cómo se había enterado Angelo Fioretti de que Emiliana Ferrara era su mayor debilidad? Si él había hecho hasta lo imposible por pactar una boda en un tiempo récord tras anunciar el compromiso.
Su mente todavía albergaba dudas sobre aquella noche. ¿Emiliana había escogido irse por voluntad propia con él? ¿Había sido forzada en realidad?
En realidad no importaba la situación, sea cual fuera el caso aquella chica volvería a su lado para concretar el proceso matrimonial y ser su esposa.
–¡¿Estás diciendo que no la encuentras?! ¡¿Cómo es posible que la tierra se haya tragado a mi
