Angelo Ver profanado el lugar perpetuo de descanso de mi hermana era lo último que esperaba y hubiera querido ver en esta vida. Me advirtieron infinidad de veces que debía estar preparado para cualquier atrocidad o enfrentar las consecuencias de mis actos como un hombre, así que ahí estaba, frente a los restos de la que en vida era Diana Fioretti, mi hermana mayor. Un enorme hoyo estaba situado a su lado, al parecer recién cavado y sin mucha precisión, ya que por la malformación del lugar se asemejaba a un trabajo sin cuidado, hecho a base de perforaciones bruscas con pala. Había sido creado tan cerca a su tumba que por el borde de su profundidad podía ver partes descubiertas del féretro. No se me antojó llorar, pero al fin y al cabo no servía de nada. Lo que no pude evitar contene