Vamos a casa

1230 Words
POV Helen En la puerta de ese baño, paralizada, con dos hombres frente a mi. Los cuales me habían reclamado como suya en menos de 3 horas. ¿Por que la diosa lunar me haría esto? Porque me emparejaría con dos personas y justo con ellos. " Acéptalos, son tus compañeros " retumbaba una y otra vez en mi cabeza, no paraba. " NO, no sabes lo que pasó hace ya tanto " respondo a la voz insistente a mi cabeza. Si esto era tener lobo ya no lo quería, como se supone que la otra parte de mi no iba a estar desacuerdo conmigo, como los iba a defender a ellos en vez de estar conmigo. " Con ellos somos más fuertes " " No los necesito, hemos vivido bien sin ellos " susurre " Tendré la fuerza suficiente para salir " Esa última frase me llegó al corazón, todo este tiempo yo tenía razón. Mi loba ha estado encerrada y solo salía de su jaula en luna llena. " No soy material de luna, si los acepto mi vida cambiara demasiado. " " Eres más que una luna, Aceptar que las cosas cambian puede ser un desafío, pero tú puedes con eso y más. " Las lágrimas empezaron a salir de mis mejillas y rode por el marco de la puerta, colocando mis rodillas en mi pecho. Si decido hacer esto, tengo que poner mis puntos claros. No puedo dejar que las cosas del pasado se repitan. - Pueden dejarme un momento a solas con ellos, por favor - le digo a todos en la sala, dirigiendo mi mirada a Henry. Se que está preocupado pero estaré bien mientras no absorba más energía. Todos salen del departamento, le doy una mirada a Izzy la compañera de Enzo. Le pido disculpas por apoderarme así de su hogar, y ella solo me miró con una sonrisa. - Helen.. - me ronronea Calix a pocos centímetros de mí - No te acerques Calix, lo digo enserio. Las cosas serán como yo lo diga o me iré y saben muy bien que no me volverán a ver. - los miro directamente a los ojos, sus ojos verdes están abiertos de par en par. Veo mi reflejo en su ojos, mis intermitentes ojos amarillos solo me dan a entender que tengo solo unos minutos para poder quitarme las manoplas sin daño. Puede que al quitarme las manoplas los gemelos vuelvan a ser como antes?, puede que solo sea un efecto por absorber la energía de Félix. Puede que esto solo acabe si me quitó las manoplas. " Puede, puede, puede. Ya di algo están esperando a que hables " resuena de nuevo en mi cabeza Le volteo los ojos en mi cabeza - No se por donde empezar - murmuró sacándome las lágrimas de la mejilla - Solo queremos una oportunidad - dice Félix acariciándome la mejilla Aparto su mano con el puño cerrado, Félix me mira con los ojos llenos de dolor pero no puedo arriesgarme a tocarlo. - Discúlpame, eso ha sido grosero de mi parte - le respondo suavemente - Está bien, se lo que causé - murmura Félix - Tengo mi vida hecha aquí, no la abandonaré por ustedes - lanzo al aire esperando alguna respuesta de ellos - No estamos esperando que hagas eso, pero en algún punto si decides aceptarnos vas a ser una luna suprema Helen tu lugar es a nuestro lado. - responde Calix primero - No soy material de Luna - se me escapa una lágrima y recorre toda mi mejilla - Helen, deja de autodegradarte. Serías una grandiosa Luna - dice Félix con cierto brillo en los ojos - Eso no es cierto Félix, solo lo dices por ese tonto vínculo que tienes. Yo ni siquiera puedo hacer que mi loba salga, dime ¿Ccómo puedo ser una buena Luna?.- - No es un tonto vínculo, te ame, y siempre te he amado - dice Calix acariciándome el brazo sintiendo esas chipas cada vez que su piel toca la mía - Dime qué tú no lo sientes - susurra en mi oído - Ustedes tienen ya a su Luna, dime porque no me rechazan y terminamos este sufrimiento - grite apartando su mano de mi - Te queremos a ti - dice Félix - ¿La han marcado? - miro fijamente sus ojos en busca de alguna de respuesta El silencio lleno la habitación nadie me podía mirar a los ojos, la ira me lleno. Las garras salían de mi y sabía que esa parte de de mi que tanto le tenía miedo estaba saliendo a la luz, una parte de mi que sabía no podía controlar. Aunque trate de descargar la energía es mucho más de lo que alguna vez pude manejar. - LA MARCARON - Grite fuerte apretando mis puños. Sangraba en la palma por la garras atravesando mi carne de lo fuerte que apretaba. - NO LO HICIMOS - grito Calix llamando mi atención. - Eres un idiota - dije mientras se me escapó un sollozó, Félix no me dirijo la mirada en ningún momento, y con actitud de Calix sabía que me ocultaban algo. No podía negarme nada, los conozco lo suficiente como para saberlo. El tiempo se me termina, me volteo de ellos y me alejo lo más que puedo. Voy a quitarme las manoplas y la verdad que si quedo vulnerable no quiero que ellos lo vean. Trato de ir al cuarto pero mi intento de alejarme de ellos es inútil me siguen hasta allí, sin más tiempo clavo mis pulgares en la base de los indice ambos al mismo tiempo y empujó hacia afuera las manoplas, en cuestión de segundos se escucha como se desprenden de su función con mi cuerpo y salen de la piel quedado como unas manoplas normales. Sintiéndome totalmente débil me senté en la orilla de la cama sin saber que pasaría después, no me había pasado algo así en mucho tiempo. - ¿Estás bien? - chillo Calix a mi lado - Estaré bien, solo necesito dormir un poco - murmuré Lentamente vi como mis ojos se fueron cerrando cayendo en una oscuridad y sin poder hacer nada, caí en los brazos de Morfeo. *** Despierto en el regazo de Félix, claramente ya no estamos en el departamento de Enzo estábamos en un auto, aún no podía descifrar muy bien en cuál pero se me hacía muy conocido. Me preguntó, ¿Dónde estará Calix?. Me separó del pecho de Félix y noto como mis pies están arriba del asiento y me doy cuenta en qué carro estamos. En mi Ford Raptor 2020 6x6, una de mis favoritas en mi lista de los autos que tenía. No dejaba que a nadie conducirla lo que me hizo levantarme de golpe y bajando los pies al suelo. Vi a Calix en el asiento del conductor manejando mientras Félix y yo íbamos en la parte de atrás miro a todos lados aún desorientada después de todo, no sé cuánto tiempo ha pasado desde que me quedé dormida Me bajo del regazo de Félix y me acomodo en el asiento, Calix me mira por el retrovisor y no me dice nada solo me mira con sus ojos verdes perlados. - ¿A dónde vamos? - dije mientras me frotaba la sien - Vamos a casa -
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