Cal se levantó temprano y se asomó por la ventana contemplando la ciudad. Luego de ponerse unos pantalones holgados color negr*, unos Jordan MA2, una playera negra muy ajustada y ceñida al torso y sobre de ella una sudadera muy grande. Había decidido que esa ropa era su favorita, y que los tenis eran la invención más grande de la humanidad. Contempló su rostro en el espejo y tomó un par de tijeras del mueble. Y se cortó la coleta dejándose el cabello hasta los hombros. En ése instante llegó Uriel y vió la larguísima cortina de cabello esparcido en el suelo. - Vaya... Le dijo. Cal se volteó y comenzó a levantar el cabello y lo tiró a la basura. - ¿Puedo ir a caminar?. Le preguntó Cal. - No te alejes mucho. Le ordenó Uriel. Cal asintió y salió de ahí. Al pasar por el lobby se
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