Calisto no podía dormir, a pesar de llevar largo rato tratando de hacerlo; Aunque estaba agotado la cabeza no dejaba de darle vueltas así que decidió ir a dar una vuelta por ahí. Al final de cuentas él era el Rey de Fhuria. Se puso sus botas de piel y comenzó a levantarse con muchísimo cuidado de no despertar a Fenhir. Cómo el castillo de Eremdral no había sido habitado desde que la madre de Irithel había partido a Estes, el lugar se hayaba muy descuidado y tuvo que compartir dormitorio en la casa de Kilaz Kur. Al parecer los fhuriosos tenían cosas más importantes que hacer que darle mantenimiento y cuidado a una edificación vacía. Sin reyes a quienes servir no había sirvientes, así que él y el resto tendrían que apañarselas por si mismos hasta que consiguieran a unos dispuestos a serv