- ¡Mitten cuidado!. Gritó Juno cuando vió a su amigo ser atacado por una de las enormes criaturas que habitaban aquella camara. Todas eran muy parecidas, largas bestias encorvadas de extremidades desproporcionadamente largas, de sus manos salían afiladas garras como cuchillas. En sus patas traseras a la altura de las partes de los tobillos habían dos garras más, muy parecidas a los espolones de los gallos. Sus cabezas eran grandes y con enormes fauses repletas de cientos de colmillos, constaban de cuatro pares de ojos de diferentes formas y tamaños, cuyos iris iban desde el color ocre hasta el negr*. Despedían un olor muy parecido al almizcle mezclado con azufre. Eran seis de aquellas bestias contra Mitten y Juno. Mitten rodó a la izquierda evadiendo por escasos centímetros las mort