Amenazas.

1935 Words
La expresión de Pertis se crispó por los nervios ante la latente amenaza que Calisto representaba, así que decidió no subestimar al jóven muchacho que tenía en frente. - ¿Enserio? Pruébalo... Le instó el Rey con sorna. Cal alzó la ceja derecha y volteó a ver a Azazel. - ¿Podrías?. Le pidió. Azazel se teletransportó a la izquierda de Pertis, le sujetó el hombro derecho y desaparecieron, igual que cómo hizo con Bastián Shrinka. Todos los presentes se conmocionaron ante aquel acto, gritos nerviosos y murmullos se hicieron escuchar en el enorme salón. Cal se percató de que ésta vez Azazel se estaba demorando en regresar con Pertis. Los soldados comenzaron a removerse inquietos y se fueron acercando a Calisto y el resto. Fue entonces que Azazel reapareció con Pertis, ambos estaban cubiertos de nieve. El Soberano de Estes tiritaba y parecía conmocionado. Miraba a todas partes con los ojos desorbitados, hasta que al fin encontró a Cal quien lo miraba con una sonrisa triunfante. - ¿Le gustó el viaje Rey?. Preguntó Stavros riendo entre dientes. Pertis lo miró desconcertado. - ¿Cómo es ésto posible?. Preguntó nervioso. - Lucifer y yo somos íntimos amigos del prometido de tu hija, así que te recomiendo no tratar de actuar en contra de los hermanos Helihanis... o de lo contrario te llevaré al mismisimo infierno Pertis Cassabian. Le advirtió Azazel. Todos los presentes miraron atemorizados a Cal y a Fen. Pertis trató de recobrar la compostura. - Supongo que has venido a desposar a Irithel. Dijo al fin. Cal asintió. - Ya veo... su coronación será dentro de dos semanas... - No tengo dos semanas, mi hermano debe volver a Medraz. Contestó Cal. - Medraz está muy lejos de aquí... - ¿Olvidas lo que puede hacer Azazel?. Le cortó Stavros. - No planeaba abdicar tan pronto... - Usted dejó muy en claro al Rey Karlf que abdicaria en cuanto Irithel se casara. Le recordó Altair. Todos estaban en silencio. A Pertis pareció darle un tic en el ojo derecho. - Sí, éso dije. Bien... entonces la boda será dentro de una semana... - Mañana, la boda será mañana. Le dijo Cal. Pertis lo miró con rabia contenida. - Hay preparativos que se deben de hacer primero... deben conocerse primero... - Ahorremos esa parte, tendré toda una vida para conocer a su hija. El charlar con ella no cambiará el hecho de que nuestro matrimonio está arreglado. Le interrumpió Cal. Pudo notar como Irithel parecía haberse entristecido al escucharle decir eso. Inmediatamente cuando sus miradas se cruzaron Cal le guiñó rápidamente un ojo haciendo que ella sonriera. - Pero para abdicar lleva un proceso. - Proceso que debió de haber sucedido ya, Irithel cumplirá dieciocho años pasado mañana. Le dijo Cal. Irithel se sorprendió al escuchar que Cal sabía cuándo cumpliría años. - A no ser... - ¿A no ser que cosa?. Preguntó Pertis impaciente. - A no ser que planeaba otra cosa... - ¿Que insinuas jovencito?. Intervino un m*****o de la corte del Rey. - Mi hermano no insinúa nada, más bien sospecha que tu Rey esperaba no casar a la princesa con mi hermano... Tal vez con alguien más. Contestó Fenhir. - ¿A sí?. Que estupidez... ¿Con quién?. Intervino un anciano. - Mmm ¿Tal vez con Zarad?. Intervino Juno. Todos se sobresaltaron, mientras Pertis y la corte se mostraron iracundos. - ¿Que les hace pensar eso?. Preguntó el anciano. - Pues digamos que estamos seguros de que su Rey tenía la vaga esperanza de que Fenhir muriese, Zarad se hiciera con Baalos y casaría a Irithel para poder recuperar Fhuria aprovechando la muerte de mi hermano para luego irme a asesinar... pensando claro que el lado ganador es el Vravirio... Sin embargo de una vez te informo que éso no es así, la balanza está a nuestro favor, créanme. Les contestó Calisto. - ¿Porque estás tan seguro?. Le preguntó un hombre bajito muy gordito. - ¿A caso son estúpidos?... ¿Que no ven que tenemos a Lucifer y a Azazel de nuestro lado? Sin contar que también tenemos el apoyo de Belial. Les informó Stavros. De nuevo la corte se puso nerviosa mirando a Clint y a Azazel. - Es por culpa de tu hermano que perdimos a Fhuria. Le espetó Pertis a Cal. - Y será gracias a mí hermano que la podrías recuperar... No quieres de enemigos a Baalos y Tarkka. Le amenazó Cal. Todos estaban muy tensos. - Está bien... Irithel se casará con Calisto mañana por la tarde y abdicare en éstos días. Primero debo arreglar unos asuntos. - Está bien, espero por tu bien que no hagas nada en contra de mi hermano, no serías el primer Rey que asesino. Debes tener algo muy en claro... Por mi hermano soy capaz de todo, estoy en guerra por defenderlo, no por otra cosa... Si fuera por mí, Zarad podría quedarse con Medraz, esa ciudad me da igual... jamás le tuvimos afecto. Pero que alguien se atreva a actuar en contra de Calisto éso si no lo permitiré... y tampoco ninguno de éstos hombres aquí presentes, ustedes no tienen idea de lo importante que es Calisto para nosotros. Daríamos nuestras vidas por él... y más aún, vivimos para él. Contestó Fenhir muy serio. Toda la corte estena miró a Calisto con aprehensión. - Incluso nosotros, hasta el mismísimo Lucifer. Añadió Azazel. Pertis estaba más tenso que jamás en toda su vida. - No actuaré en contra de tu hermano, Fenhir. - Éso espero Pertis. Contestó con frialdad. - Deben estar agotados, deberían ir a descansar, he mandado a preparar el alá norte del castillo sólo para ustedes. Les dijo. Todos asintieron agradecidos. - Agradecemos tu gesto. Le dijo Fenhir. - ¿Les apetece cenar conmigo ésta noche? He preparado algo en honor a su llegada, no tuve mucho tiempo pero ya se está trabajando en eso. Les informó Pertis tratando de ser más cortés. - Por supuesto, estaremos más que encantados. Le respondió Fen. Fenhir se giró y esperó a que Cal se adelantará, cuidando en todo momento los pasos de su hermano. Pertis se percató de que independientemente de que Cal contara con ayuda demoníaca, sin duda alguna lo más peligroso que rodeaba al chico era su hermano mayor. Pertis había oído hablar de Fenhir, pero jamás imaginó que fuese así de imponente y amenazante. Los hermanos Helihanis no sólo eran increíblemente hermosos, si no que también de armas tomar. Jamás pensó verse así mismo a merced de un par de jovencitos con tanto poder y con tantas bolas. - ¿Que opinas de todo esto Janos?. Le preguntó Pertis a un joven m*****o de su corte. - Pues que nos tienen agarrados de los huevos ese par de hermanitos. Pertis asintió. - Bueno... no tenemos más remedio que casar a mi hija con ése muchacho que es por mucho más hermoso que ella. Contestó Pertis de mala gana. - Al menos no parece ser un idiota. - Eso me preocupa, yo pensé que ése tal Calisto solo sería un principe de cara bonita, pusilánime fácil de manejar. - Irithel será la reina regente, él solo será el rey consorte, usted sabe que tiene control sobre ella... - Sí. Contestó Pertis sin dejar de mirar la puerta por la que habían salido los once jóvenes hombres. ********************************************** - Eso fue lo más incómodo que he vivido en mucho tiempo. Observó Mitten. - Por un momento creí que nos mandaría a asesinar. Dijo Darío mientras se sentaba en un taburete y deshacía su coleta para así soltarse su larga melena negra en la cual habían muchísimas trenzas diminutas. - ¿Pero de qué hablas si tú no puedes morir?. Le preguntó Altair. - Bueno lo digo por ustedes... además que no pueda morir no significa que no sienta dolor... Le contestó Darío con aire ofendido. - Hicieron bien al dejar bien marcada su posición. Les dijo Ferenc a los hermanos. Fenhir y Cal se sentaron en un comodisimo sillón de piel. - No tuvimos otra opción, ese mal nacido fue quién se mostró hostil al vernos llegar, tampoco iba a permitir que le faltase así el respeto a Calisto. Contestó Fenhir. - ¿Creen que intente algo en contra de nosotros?. Les preguntó Johen. - No creo que sea tan estúpido como para hacer algo, sabe de Lucifer y Azazel... tendría que ser muy idiota. Le contestó Juno. - No lo sé, a mi me parece que el muy cabrón no quiere hacer cumplir su palabra. Es bien sabido que Pertis no es alguien de mucho honor. Les dijo Stavros. - Si intenta algo simplemente lo mataré. Sentenció Johen. - Tranquilos todos. Primero hay que ver cómo comienzan a desenvolverse las cosas, si vemos que Pertis lo empieza a complicar yo mismo me encargaré. Intervino Clint. - ¿Que harás?. Le preguntó Azazel con mucha curiosidad mientras se sentaba a lado de Ferenc. - Pues para empezar talvez quiera hablar un poco con el diablo... Le contestó con malicia. - No puedes hacer magia y tampoco usar tus poderes. Le recordó Altair. - Tengo a Azazel... Le respondió despreocupado. Azazel sonrió halagado. Todos voltearon a ver a Cal quien era el único que no había dicho nada desde que entraron a esa sala. - ¿Estás bien?. Le preguntó Mitten. Cal lo miró y luego de unos cuantos segundos asintió. - Éstoy pensando. - ¿En qué cosa?. Le preguntó Fenhir. - En Irithel, el maldito de Pertis la maltrata, temo que vaya con ella a desquitarse. Les informó. Todos se quedaron muy serios. - ¿Quieres que te lleve a verla?. Le preguntó Azazel. - Sí por favor. Le pidió Calisto. - Bueno entonces déjame ver en dónde está y que está haciendo... Le contestó. Segundos después desapareció. - Que increíble debe ser poder aparecer y desaparecer a voluntad dónde uno quiera. Dijo Ferenc con evidente envidia. Clint comenzó a reír. - Sí... yo también extraño poder hacerlo. Le dijo. Al cabo de unos minutos Azazel regresó. - Dices bien, el maldito de Pertis fue a abofetearla. Le informó a Calisto. Todos se pusieron en pie furiosos. Cal estaba lleno de rabia. - ¿Quieres que lo matemos de una puta vez?. Le preguntó Stavros. - No... le tengo algo mejor preparado a ese hijo de perra. Dijo Cal en voz baja. - Cómo tú digas. ¿Porqué no vamos a asearnos y descansar un rato? Dijo Stavros. Todos comenzaron a levantarse y dirigirse a sus respectivas habitaciones. - ¿Azazel?. Le llamó Calisto quién seguía sentado. - ¿Dime?. - ¿Puedo hablar en privado contigo?. - Claro. Fen y Clint se miraron y decidieron quedarse mientras los demás salían de la sala. - ¿Cuál era el motivo por el que te urgía sacarme de Tarkka?. Le preguntó Cal. - Ah sí... ¿Recuerdas la cosa que te asechó?. - Sí. - Pues me di cuenta de que habían varias similares buscándote, con Clint sin magia, ni poder yo sólo no hubiese podido protegerte bien. - ¿Para que crees que querían a Cal?. Le preguntó Fenhir. - Creo, que lo que intentan hacer es raptarlo. - ¿Con que objeto?. - Tal vez Asmodeus los envió, reconocí a una de esas criaturas... Esas cosas pertenecen a sus legiones. Le dijo Azazel muy serio. - Bueno, entonces deben estar buscando a Calisto en éstos momentos. Dijo Fenhir. - No tardarán mucho en encontrarlo. - Bien, entonces lo mejor será estar preparados sólo por si acaso. Les dijo Clint.
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