CAPITULO I

3300 Words
  No pasado mucho tiempo desde que Samantha regreso, se encontraba tendida en la cama en la misma posición desde que llego, su respiración era lenta y calmada, parecía tener un lindo sueño a los ojos de Albert. El tiempo corría al lado de ellos, pero aún no podían moverse sin las noticias de su hija, ella no despertaba y le preocupaba que esto pudiera de alguna forma afectar a su cuerpo. Aun no sabía el paradero de su madre, pero como ya sabían ella podía verlos por lo cual tendrían que ser demasiado cuidadosos de ahora en adelante. La noche empezó a llegar y junto a ella los recuerdos, Albert recordaba cuando Sam aún era una bebé, tan pequeña y frágil, tan tierna, había crecido bien después de todo y le agradecía de cierto modo a su madre, la cuido mientras el no pudo hacerlo y eso lo llenaba de tranquilidad. Las noticiad corrían rápido dentro de los que habían sido víctimas de “La familia” nos llamábamos “Los vacíos”. Aún tenía la esperanza de encontrar su cuerpo y el de sus queridos amigos, se había imaginado anteriormente una vida normal junto a ellos y su hija, haciendo cosas cotidianas e incluso yendo de paseo, cenando pizza mientras veían el partido de futbol, quizá podría cumplir su fantasía. Albert escucho a lo lejos unos pasos, escuchaba los murmuros de Josh y la voz de Mikkel ese par siempre estaba discutiendo y ocasionalmente era divertido, pero en ocasiones era desconcertante. -Alb tenemos noticias —el mayor hablo primero— Tenemos por el momento dos sitios en donde podría estar tu madre -También hemos reunido a varios amigos, podríamos actuar mejor en compañía y así no ponemos en riesgo a Sam —Mikkel se acercó a la cama y se acomodó al lado de Samantha— Aun no despierta. La voz preocupada de Mikkel trajo de vuelta a la realidad a Albert, no quería ser negativo, pero toda la emoción que habían sentido cuando recién llego Sam se había esfumado después de 4 horas, al darse cuenta que no parecía poder despertar de su sueño, moverla y llamarla había sido totalmente en vano y la desesperación comenzaba a notarse en los tres amigos. -Tenemos dos direcciones exactas —Joshua le empezó a informar— Y creo que ya hemos estado en esos sitios antes. -Podemos dividirnos y cualquier cosa que veamos las comunicamos en algún punto de encuentro, ustedes vayan juntos. -Albert tranquilízate, también estamos preocupados por la mocosa, pero no nos sirves de nada si vas a estar distraído. -Es cierto Alb —Mikkel acompaño— Si queremos que este bien debemos ser rápidos y atentos a cualquier cosa, si te sientes demasiado preocupado por Sam puedes quedarte con ella y quizá despierte. -Está bien chicos, no puedo dejar que la preocupación me cegué.   Albert pensaba que si dejaba sola a Sam y ella despertaba podría sentirse asustada, al no ver a nadie a su alrededor, pero si quería recuperar el cuerpo de su pequeña tendría que actuar rápido y quizá podría hacerlo antes de que despertara.   Habían decidido ir todos juntos, no se iban a dividir para evitar posibles pérdidas, si querían recuperar también sus cuerpos debían permanecer unidos.   -Entonces reunamos a las personas necesarias para este plan, seamos inteligentes y astutos —Joshua miro a su hermano severamente— Y tu Mikkel, no quiero ningún error. - ¿Por qué solo me lo dices a mí? —el menor respondió— Puedo hacerlo bien. -Yo no dudo de tus capacidades querido amigo. -Gracias por tu apoyo Alb —Mikkel le devolvió la mirada severa a su hermano— Espero no cometas algún error tu hermano, no actúes por tu cuenta y espera nuestra opinión acerca de cualquier cosa, Albert y yo no queremos ningún error —finalizo retirándose de la habitación— -Me encanta cuando sale a flote esa actitud tan de chico malo —sonrió— ¿A ti no? —recibiendo por parte de Joshua una mirada de odio— Bueno, quizá soy el único, ¡En marcha viejo! - ¡Que hacen aun arriba, dense prisa! -Ya ya no seas pesado Mikkel   La sala de la casa se encontraba llena de “Los vacíos”, habían logrado reunir a un grupo de 10 personas sumándolos a ellos tres, entre ellos se encontraba Sara, alguien que los tres conocían muy bien y quien llevaba sin encontrar su cuerpo desde hace mucho tiempo antes, ella era sin duda una de las más antiguas. Siempre se mostraba optimista y los animaba, la mayoría solía sentir lastima por ella, es decir llevaba sin encontrar su cuerpo casi 40 años, era imposible que lo hallara y si lo hacía no habría posibilidad de volver a entrar en él. Todos le daban palabras de ánimo a Albert, estaban seguros que podrían recuperar sus cuerpos y sus antiguas vidas, dentro del grupo Sara levanto su mano y pidió dar algunas palabras. -Hola a todos, creo que no distingo a algunos de los que se encuentran en esta sala —todos estaban atentos a sus palabras— Mi nombre es Sara y aunque no los conozca ni a su historia apuesto a que conocen la mía, hoy en día me resulta difícil recordar mi pasado o quien fui —algunos bajaron su mirada— Pero eso me da más fuerzas de seguir intentando y seguir buscando debajo de la mínima piedra que encuentre en mi camino, no podemos asegurar que encontraremos el cuerpo de todos los presentes en esta sala, pero si hallamos la mayoría es un hermoso avance, no importa que hayamos sido utilizados y humillados por esos bastardos, hoy empezamos un nuevo camino —los tres amigos escuchaban atentamente cada palabra— Hoy empezamos una lucha juntos con el único propósito de acabar con La Familia, así que eviten ser vistos y estén atentos. -Sara —Albert hablo esta vez— Gracias por esas palabras, estaba demasiado preocupado pensando en mi hija que olvide por completo nuestra misión, es cierto que mi deber es protegerla y salvarla, pero al verlos a todos aquí reunidos para ayudarme y ayudarse a ustedes, les aseguro y les prometo que hare lo posible por recuperar cada uno de sus cuerpos, buscaremos en el rincón que sea y hallaremos una forma de regresar sus almas a sus respectivos cuerpos —al mencionar esas palabras, no pudo evitar soltar algunas lágrimas— Lo prometo.   Las miradas de esperanza en Los Vacíos, le dio esa motivación que tanto necesitaba, le abrió aún más los ojos a su realidad, había hecho una promesa y debía cumplirla, era hora de un cambio. En la sala se encontraban más mujeres que hombres y podría ser una desventaja grande para el plan que tenían, debían dividirse sí o sí. La mirada que le dio Joshua fue indescriptible, tenían que ser optimistas.   - ¿Al verlos aquí puedo pensar que todos están seguros de esto? — las personas a su alrededor asintieron— Bien, porque no será fácil, tenemos posibilidades de encontrar respuestas a nuestras dudas, tenemos dos direcciones en donde podría encontrarse Lily —Joshua le dio una mirada a Albert— Hay más mujeres que hombres entonces repartiremos los grupos en dos. - Somos 10 personas por lo cual nosotros 4 —señalando a sus dos amigos y a otro sujeto— Nos dividiremos para ir con las mujeres en cualquier caso de que vaya algo mal. -Yo puedo ir con Josh —el hermano menor menciono— Tu ve con Zac, nos reuniremos después de 2 horas para dar información. -El plan es este —Joshua les mostro un mapa— estas son las dos direcciones, el punto de encuentro será en el parque que se encuentra aquí —marcando el sitio con marcador rojo— Este mapa también lo tendrá el otro grupo por si se sienten perdidos en algún momento. -No olviden que este plan es por nosotros, es por recuperar lo que nos pertenece y nos robaron —todos asintieron— Salimos en 5 minutos, prepárense mentalmente para lo que está por venir.   Finalizando la explicación Albert notaba en los ojos de aquellas personas decisión, tenían sed de venganza y deseaba de todo corazón que pudieran cumplir su objetivo, su hija yacía dormida en la habitación de arriba, cerró los ojos recordando como la dejo en su cama, quería verla de nueva en esa posición al llegar, si era posible despierta. Los hermanos se encontraban callados, como si de ir a la guerra se tratase su misión, Mikkel no miraba a su hermano, quizá por ¿Pena? ¿Miedo? ¿Preocupación? Se empezaba a crear un abismo entre ellos y Albert no podía permitir eso. Se acercó a ellos mirándolos detenidamente, ninguno se había percatado de su presencia, entonces se dio cuenta, están preocupados, Mikkel más asustado que Joshua y le causo gracia verlos a los dos en ese estado, por la culpa del otro, esos tontos hermanos eran su familia y también arriesgaría su propia vida o lo que le quedaba de ella por ver felices a ese par. Sara se encontraba pensativa, no miraba a nadie sino a sus manos, sentada en el viejo sofá de la casa, parecía en discordia consigo misma, debían actuar rápido.   -Hey chicos —llamo la atención de sus amigos— ¿Listos? Recuerden no separarse y tomar decisiones juntos, quiero que nos vayamos 8 personas de aquí y regresemos los mismos, prométanme que se cuidaran y estarán atentos. -Lo prometemos —mencionaron los dos al mismo tiempo— -Tú también se cuidadoso Alb —el menor se acercó a abrazar a su amigo— Eres mi persona favorita después de Josh, si te pierdo no habremos logrado nuestro objetivo, se cuidadoso, se inteligente y regresa junto a nosotros. -Mikkel tiene razón Albert, quedaríamos incompletos si no regresas —Joshua tenía una mirada suavizada— Además ¿Qué le diríamos a la mocosa? —la sonrisa de Albert se hizo notar rápidamente— Entendido chicos, nos vemos al rato, después de todo ya somos una gran familia. -Ya deja de abrazar a Albert mocoso, esto no es una despedida. -Lo sé, pero por alguna razón siento que si lo es —Mikkel soltó a su amigo y lo miro fijamente— Tengo un mal presentimiento, pero quiero ser positivo, quiero que todo salga bien. -Encontraremos a esa bruja de Lily —Joshua siempre tan dulce— Toda ira bien así que deja tus cursilerías. Después de aquella revelación por parte de Mikkel, se dirigieron a su destino, cada grupo con su respectivo mapa, todos iban en una misma dirección, pero al llegar a cierto punto empezaron a alejarse, sin mirar atrás, sin despedirse de nadie. La noche empezó a hacer presencia, todos caminaban en silencio, solamente escuchando el ruido de sus pasos, comenzaban a acercarse al sitio y los nervios aumentaban, Albert iba detrás, las mujeres en la mitad y Zac iba encabezando y guiando al grupo. Las mujeres del grupo iban tomadas de la mano y entendía el miedo que sentían, podrían perder la oportunidad de volver a la vida y quedarse como estaban para siempre, de pronto observo a lo lejos un pequeño listón azul atado a un árbol, quizá podría guiarse con eso al regresar de nuevo a casa. La oscuridad se adueñó completamente del sitio, sentía que habían caminado por hora y no llegaban a un sitio en específico. -Oye Zac —alarmo al chico— ¿Podrías dejarme ver ese mapa? Siento que no llegamos a ningún lado y las chicas ya deben estar agotadas, si nos excedemos podemos afectar a nuestro cuerpo y es lo que queremos evitar. -No hay problema —Zac se devolvió para entregarle el mapa— Solo estoy siguiendo las indicaciones que dio Joshua, pero también siento que vamos en círculos, ¿Ves ese listón azul de ahí?  —señalo a un árbol— Lo he visto 4 veces, no había querido decir nada para no asustarlos. -Tenías que decirlo desde el primer momento Zac —Albert se sintió un poco alterado— Habríamos evitado ir en círculos y hasta quizá ya estaríamos de regreso al punto de encuentro. -No era mi intención Albert, de verdad lo siento —menciono mirando a las mujeres del grupo— Podemos descansar un rato y avanzar dentro de unos minutos, Joshua dijo que teníamos 2 horas para regresar.   Albert por alguna razón sentía que no era sincero, su mirada se veía preocupada y se notaba que ocultaba algo ¿Este era el mal presentimiento de Mikkel? Rezaba porque no fuera de ese modo, pero habían estado caminando en círculos casi una hora, debían retomar el camino ya mismo, si no querían estar aquí toda la noche. Miraba el mapa detalladamente, la letra de Joshua se podía distinguir en el mapa, cada indicación, estaba todo ahí. Debía calmarse para no alterar a las mujeres, las vio dirigirse a un árbol junto a Zac y aunque este último no le diera una buena espina, debían seguir con el plan de su amigo. Dudaba en si regresar al punto de encuentro, pero ya habían avanzado bastante como para irse sin alguna información, esperaba que a sus amigos les estuviera yendo mejor que a él. Se acercó a su grupo y pudo notar que las chicas temblaban de ¿Frio? Se supone que ellos no tienen nada aparte de cansancio, ¿Por qué motivo estarían en ese estado? Alarmado miro a Zac y se encontraba en las mismas condiciones, esto era una locura.   -Deberíamos regresar al punto de encuentro Albert —una de las mujeres le sugirió— No entiendo que sucede, siento demasiado frio y sé que eso no es posible en nuestra condición. -Algo deben de estarle haciendo a nuestros cuerpos —fue el turno de Zac— Debe ser una señal para que regresemos, deben estar diciéndonos que no nos conviene ir a ese sitio. -Pero tenemos que llegar, aunque sea un poco más cerca, esto es una locura —Albert puso las manos en su cabeza— Esto es una total locura. -No me siento bien chicos —la más chica menciono— No puedo mover los brazos y siento mucho cansancio… - ¿Qué? —si Albert no se equivocaba eran los mismos síntomas que tenía Sam cuando regresaba a su cuerpo, quizá si estaban cerca de encontrar información— Puede que estés por regresar a tu cuerpo, a mi hija le sucede lo mismo. -Quizá estamos cerca del cuerpo —sugirió Zac— Puede ser que por eso se ha puesto así, también siento demasiado frio, pero mi cuerpo aún me responde, ¿Qué hay de ti? —miro a la otra chica— -Mi cuerpo me responde como siempre —hablo bastante bajo como para entenderle— Solo tengo frio. -Puede que tengas razón Zac —Samantha también entraba en esa posibilidad— Solo déjate llevar, cierra los ojos y tranquilízate, cuando despiertes seguiremos aquí. -Tengo miedo —hablaba casi en susurros— Y si no regreso? -Lo harás —Albert le aseguro— Confía en ti, todo lo que veas y escuches recuérdalo, esto suele durar al menos 1 hora y volverás aquí con nosotros, aguanta todo lo que puedas.   Y tras escuchar las palabras de Albert, la chica desapareció, ya se había acostumbrado ya que Samantha lo hizo algunas veces, pero los dos chicos miraban con los ojos muy abiertos el sitio donde se encontraba la chica hace unos minutos, deseaba saber que pasaba con el otro grupo, podrían estar pasando por lo mismo y esperaba que Joshua supiera que hacer. Habían pasado por lo menos 30 minutos y no había rastro de aquella chica, ya llevarían 2 horas en ese mismo sitio, estaba cansado de esperar, pero podría valer la pena la información que trajera consigo.   -Alguno sabe el nombre de la chica? —Zac rompió el silencio— Al menos para saber a quién buscar si no regresa. -Su nombre es Melissa -Ella va a regresar Zac, no seas negativo —Albert siguió esta vez— ¿Cómo te llamas tú? —la chica no acostumbraba a hablar tal parece— -Mi nombre es Sonia —aquella chica por fin lo miro a los ojos— ¿Cómo estás seguro de que regresara? -Porque ya lo he visto —le sonrió— Mi hija suele hacer estos viajes también, pero aún no sabemos dónde podría estar su cuerpo, hare todo lo posible para devolverla a la vida, si tengo que arriesgarme lo hare. -Y donde esta cuando hace estos “viajes” —fue el turno de Zac— -Cerca de su trabajo la primera vez y las otras dos veces en mi casa —respondió un poco dudoso— ¿Por qué? - ¿No has pensado que puede estar en esa casa? —sugirió Zac— ¿Conoces todas las habitaciones de esa casa? Pareciera que tiene muchas puertas secretas, pero estas están selladas. - ¿Por qué estás tan seguro de que hace esos viajes porque está cerca del cuerpo?   -Lo escuche de uno de Los Vacíos hace unos meses, él decía que a veces regresaba a su cuerpo, pero no reconocía el lugar, entonces Sebastián le revelo que eso sucedía porque su cuerpo estaba muy cerca de él —comento despreocupado— Sinceramente no le creí, pero al ver lo que paso hoy, podría ser una posibilidad. - ¿Nuestros cuerpos también podrían estar cera de aquí entonces? —la voz de Sonia se notaba nerviosa— -No lo sabemos con exactitud, pero podría ser cierto, yo nunca he experimentado eso —Zac seguía hablando— Quizá no les sucede a todos nosotros, sino a los elegidos, muchos de nosotros estamos así por error, pero otros fueron elegidos o mejor dicho creados para ser recipientes.   En ese momento Albert pensó en Elene, lo que decía Zac parecía tan malditamente cierto y encajaba con su situación, era posible que los hijos de las personas que nacen dentro de La Familia fueran esos “elegidos”, sentía que había tenido una Epifanía en ese momento, algunas cosas encajaban, claramente Samantha no era la única que tenía estos viajes, al parecer Melissa también y podrían tener información que ellos necesitaban, necesitaba que esa chica regresara lo más antes posible, tenía dudas del pasado de ella, quien eran sus padres, necesitaba respuestas. Nuevamente quedando en silencio, cada uno pensaba meditar lo que habían comentado recientemente y en ese mismo instante, escucharon el ruido de las hojas del árbol junto a una brisa refrescante, todos miraron dicho árbol y cuando la brisa termino por revolver sus cabellos y las grandes hojas del árbol, se dieron de cuenta que Melissa se encontraba en la misma posición que estaba antes de desaparecer. Lucia más pálida de lo normal, pero estaba de regreso, sabía que no debía presionarla a despertar y a hablar, por lo que tomo de la mano a Melissa y poco a poco ella fue abriendo los ojos.   -Tenía razón. ¿cierto?  —Albert la miraba con cariño, imaginando a su propia hija— Te fuiste y estábamos aquí, ahora regresaste y seguimos aquí, no te mentimos. -Si —Melissa respondió con lágrimas bajando por sus mejillas— -No te alteres y descansa un poco, ya tendrás tiempo de contarnos que paso y a quien viste. -Está bien… - ¿Seguro que podemos quedarnos más tiempo? –Zac cuestiono— Deberíamos escoger si regresar al punto de encuentro o avanzar. -Yo necesito respuestas muchachos, por lo que sugiero que avancemos —Albert quería trasmitirles seguridad— Podríamos turnarnos en cargar a Melissa y así llegamos más rápido, aún hay tiempo.
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