Aunque Meridia deseaba soltarse del agarre de Axel, no podía hacerlo porque él en ese momento la estaba sujetando muy fuerte, sin embargo, ella quiso probar su suerte preguntando: —¿Podría soltarme, señor Axel?, les prepararé el desayuno… —dice Meridia al instante que Axel la deja en libertad. Por un instante, la chica sintió que un oso la había soltado, porque todavía no se acostumbraba a lo alto y corpulento que era Axel, ya que por lo visto esa era la morfología de los Wolfgang, con tan solo ver a su gigantesco padre, y Asher tampoco se quedaba atrás, sin embargo, a diferencia de su hermano mayor, Meridia a simple vista se podía dar cuenta, que Asher tenía el cuerpo más atlético, y no tan musculoso como el pelilargo. Así pues, Meridia fue al área de la cocina mientras el par de herman