Horas mas tarde, a eso de las siete de la noche, Asher logró llegar a la panadería. Le costó porque había tráfico y se tardó mas tiempo de lo que él deseó, sin embargo, aprovechó para pasar por una dulcería y comprarle un chocolate a Meridia, la cual estaba durmiéndose en el mostrador, pero cuando escuchó la campanita de la puerta abriéndose, rápidamente se despertó viendo que Asher había llegado, y ella sin poderlo evitar frunció sus labios pensando que ese alfa no se rendía, con respecto a seguir viniendo todos los días. —Hola, Meridia, ¿Cómo has estado? Te traje un chocolate, espero te gusten —comenta Asher entregándole una barra de chocolate a la joven la cual de inmediato acepta, viendo que esas golosinas eran muy costosas. —¿Por qué siempre me traes cosas tan costosas?, esta barra