En el momento que Meridia regresó a la panadería, no deja de sonreír mientras guarda ese dinero en el bolsillo de su vestido, pensando que quizás eso que le ocurrió hace poco fue un milagro, porque ella necesitaba mucho dinero para el tratamiento de su madre, por lo cual eso le podía servir para sus propios gastos personales como la comida para todo un mes, entre otras cosas que ella consideraba necesarias para su uso personal. «Me compraré un perfume» piensa la chica con una sonrisa, ya que todavía las palabras de Axel resonaban en su mente, cuando él la llamaba “apestosa.” Así pues, el tiempo transcurrió sin ninguna novedad, es por eso que ella cuando terminó su turno en la panadería fue a su otro empleo en la lavandería. En cuanto llegó había otras mujeres elfas ahí trabajando con ell