En la mañana siguiente, Axel todavía con sus ojos cerrados, puede sentir el fuerte aroma de Meridia muy cerca suyo, es por eso que él inhala más profundo de lo normal, para degustar esa deliciosa esencia de la elfa, mientras él entreabría sus ojos, viendo que la chica estaba a escasos centímetros de él, sentada en el suelo mientras se encontraba durmiendo en posición de descanso sobre el borde de la cama. Cuando él la ve tan cerca de él, y comprende que quizás ella durmió así las pocas horas que quedaban para que amaneciera, sintió un poco de rabia porque Meridia se veía incómoda, es por esa razón que él la despertó diciendo: —Hey, elfa… párate de ahí —exclama Axel sujetándole el hombro a la chica para estremecerla y que de esa forma se despertara. Pero en el instante que sus dedos tocar