Calmar a Lu ha sido una de las tareas más difíciles que he tenido, y es que de cierta manera entiendo su miedo. Debe de ser muy difícil para ella ver una situación como esta cuando hace apenas algunos cuantos días perdió a su madre después de verla sufrir por tantos años. Yo también he sentido miedo y es que no solo me da miedo perder a Mar, sino que a la mujer que me está haciendo sentir todo esto que creía que no ocurriría.
Estaciono el auto a pocos metros de su empresa, y la miro fijamente —¿No me estas mintiendo? ¿De verdad te sientes mejor?— Insisto y es que sé muy bien que puede ser un poco terca cuando quiere.
Ella asiente y me sonríe —Ya me siento mejor, no te preocupes ¿sí?— Me pide y niego.
—No me pidas eso…— Respondo y acaricio suavemente su mejilla haciendo que ella cierre
