Despertando sobresaltado, Rhory se incorporó rápidamente en su cama. Exaltado, observó frenéticamente a su alrededor, buscando, esperando que un gran lobo saltara desde algún rincón de su habitación para enterrar sus fuertes mandíbulas en su piel, destrozándole con sus filosos dientes. Tragando un poco de saliva por su apretada garganta, Rhory intentó controlar su acelerada respiración, sintiendo como su corazón intentara escapar de su pecho. Solo una vez su cerebro logró despertar bien y reconoció que no se encontraba en aquella pesadilla, que pudo tranquilizarse poco a poco. Empujando un suspiro forzado a través de sus labios, Rhory observó sus temblorosas manos y se recostó otra vez en su cama. —Está bien, Rhory, solo fue una pesadilla... Claramente, su pobre intento de calmarse no