Todavía te sale leche, limpiate

1329 Words

Y se lo mostró. Valeria tuvo que soportar este castigo… esta humillación, durante largo minutos. Su cuerpo se sacudía contra el escritorio, el cual parecía a punto de desarmarse ante semejante traqueteo. Armando era un imbécil, pero sabía mantener bien el ritmo, Valeria tuvo que reconocer eso, porque nunca antes había sentido una pija entrando de esa manera dentro de su concha, con tanta fuerza, con tanta seguridad, una pija que la llenara tanto. Y para colmo no se detenía. El movimiento era rítmico y constante, potente, vigoroso… y a ella no le quedaba más que chillar como una putita y decir “Así, dame más… dame más…” Toda la concha se le mojó como pocas veces le había pasado. Para darle un respiro a su sexo, y quizás para humillarse un poquito más, Valeria se arrodilló otra vez, tragó

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