Kendall Soy capaz de volver a encender el teléfono, hasta bien entrada la tarde del domingo. En ese instante, el estúpido móvil comienza a sonar, mostrándome la gran cantidad de mensajes que tenía pendientes de responder. Me siento en la cama y suspiro con pesadez, llevo una mano hasta mi frente mientras deslizo mi dedo a través de la pantalla, observando los mensajes por parte de mis padres, hasta de mis hermanos, Malcom y Arizona. Muerdo mi labio inferior al comenzar a abrir uno a uno de aquellos mensajes, en cada uno de ellos podía sentir la preocupación de su parte al haber estado ausente durante tantas horas. Me tomo el tiempo de responderlos casi todos, dejando sin abrir únicamente los de Malcom, al no saber de qué forma iba a ser capaz de romperle el corazón. Le prometí a Audr