La mirada acusatoria por parte de Arizona al jalarme por un brazo a través del pasillo para conducirme hacia la biblioteca me pone en alerta, además de que la tensión se apodera de mí, sabía que mi nueva amiga tenía un gran ojo crítico, lo que le ayudaba a darse cuenta de las cosas mucho antes de todos. —Suelta la sopa, vamos —dice al prácticamente arrastrarme hacia una lejana mesa en medio de los grandes estantes en la biblioteca. —¿De qué hablas? —pregunto al tratar de hacerme la loca. —Esas miraditas que he notado hoy por parte tuya y de Audrey cada vez que se encuentran en el pasillo, no son para nada normales. La morena entrecierra los ojos en mi dirección, escudriñando cada parte de mi rostro en busca de la respuesta. Trago saliva con fuerza mientras trato de mantener su mirada,