—¡No puedo creer lo que dices! Él no fue el que fue a pedir la solicitud a la casa, era un viejo desgarbado y parecía que no tenía ni en que caerse muerto. —No es mi culpa Malena que no me escucharas cuando te repetí el nombre y volví a hacerlo cuando se lo propusimos a Mellisa debiste investigar, te negaste sin siquiera dejarme hablar, en este momento tu hija sería la primera señora Thompson. —¡Papá que estás diciendo! Mamá esta es toda tu culpa, esa estúpida lleva una vida de reina que no merece y yo aquí aparentando tener de más, cuando me limitas. —Cuida tus palabras niña insolente, si tu madre no te enseño a respetar yo lo are, es mejor que no envidies nada, algún día podrías enterarte de cosas que podrían avergonzarte. ¿Cómo cuál es tu origen? —¡Robinson! No te lo perm