Chris observó a Ethan y notó la lucha interna que aún llevaba consigo. La inseguridad de su amigo, alimentada por su invalidez, era evidente, y sabía que debía abordar el tema con delicadeza. —Ethan —comenzó Chris, con su voz suave pero firme—, he estado pensando en lo que hablamos. Sé que te sientes incómodo con tu situación, especialmente en lo que respecta a tu intimidad con Isabella. Tal vez deberías considerar ver a un especialista. Alguien que pueda evaluar el estado de tu columna y ofrecerte una solución. Ethan frunció el ceño y desvió la mirada de la ventana, donde el sol comenzaba a ocultarse tras los edificios. —¿Crees que un médico va a arreglar lo que siento? —respondió, su tono estaba cargado de escepticismo. —No hay solución para lo que soy ahora. Chris se acercó y apo