Sasha entró al hospital cargando a Sol en sus brazos y ella miraba alrededor con ansiedad intentando soportar el dolor que sentía en la mano, pero a la vez estaba preocupada por la clínica que Sasha había elegido para llevarla. –No deberíamos estar aquí, esto es una clínica privada y es muy cara. – Murmuró Sol mirándolo, pero Sasha no parecía estar muy preocupado con sus quejas, él solo pensaba en hacer lo que consideraba mejor para ella. –Es una buena clínica y sé que aquí te atenderán bien, así que por favor hazme caso y no te quejes, ¿ok? –Pero… –¡Pero nada Sol! –Contestó Sasha con autoridad y Sol levantó la vista para mirarlo con el ceño fruncido. Sol se fijó que su rostro era todavía más hermoso de cerca, que sus cabellos rizados tenían algunas mechas doradas y entre su perfume,