Sasha había pasado toda la noche en el hospital con Frank, ya que su familia vivía en Georgia y él no podía alejarse de su amigo hasta que no estuviese despierto y bien. Su teléfono móvil no había dejado de sonar y cada vez que lo miraba veía en la pantalla el número de Sol y su corazón se apretaba. Él se sentía culpable de ver a su amigo en aquella cama por haber estado a su lado mientras que él peleaba por ella y las palabras de aquel portero cuando le dijo que todo aquel caos se había desatado por Sol solo le hacían sentirse todavía peor. Sasha no estaba preparado para verla, él solo quería mantener una distancia en aquel momento, aunque sabía que no serviría de nada pues la rabia seguía recorriendo sus venas y no pasaría tan rápido. –Te confieso que me gustaría más haber despertado c