Capítulo 4: Plan Perverso

1474 Words
Alexer se asombró por la fuerza de Apple, ella una mujer mucho más pequeña que él y menuda lo ha empujado tan fuerte que lo apartó de un solo movimiento. ¿Tanto efecto tiene ese imbécil en ella? Eso lo cabreó de más. ―Que bueno que volviste, Ethan. ―La voz gruesa de Alexer tensó mucho más a Apple. ―Tu prometida tiene algo muy importante que decirte. ―Lo miró con seriedad. ―No te lo tomes personal, solo eso te diré. ―Ethan miró inquisitivo a su prometida. ―¿Nena? ―Alexer apretó los puños. ―Eso, dile manzanita, no lo dejes esperando. ―Apple lo miró bastante enojada, ¿Por qué tiene que hacerlo justo ahí con él presente? ―Cielo. ―Se acercó a él. ―Ya te lo había dicho antes, soy nueva en todo esto y quiero centrarme lo más que pueda. ―Se abrazó a él. ―Por lo tanto, Alexer y yo hemos tomado la decisión de no permitir visitas aquí en el trabajo. ―Ethan inmediatamente miró a Alexer quien ya lo estaba mirando con desprecio. ―Tú no vendrás a verme y él no podrá follarse a ninguna de las empleadas. ―Alexer miró a esa mujer del demonio, ¿Cómo se atreve? ―Bien. ―Ethan bajó la mano y la abrazó justo por el culo, Alexer giró de inmediato o de lo contario su puño quedaría manchado de sangre al igual que el suelo. ―¿Nos vemos esta noche para cenar? ―Apple sonrió contra sus labios. ―Muero porque ya sea la hora de la cena. ―Se apartó de él al escuchar el gruñido de Alexer. ―Discúlpalo, está un poco resfriado. ―Le sonrió a su novio. ―Nos vemos más tarde. ―Ethan tomó su carpeta y se marchó dejándolos solos e incómodos. ―Ve quitándote de la cabeza que no puedo coger con mis empleadas. ―Apple lo miró en el acto. ―Ellas trabajan aquí, no son de afuera, así que no me distraerán. ―Es cuando más lo harán porque están aquí mismo. ―Se cruzó de brazos, está molesta por su descaro. ―Yo no tendré una relación con ellas. ―Ladeó la sonrisa. ―En cambio, tú, veo que mueres por ese hombre y eso sí es una distracción. ―Se aflojó la corbata. ―Así que, lamento decirte que me voy a follar a cada mujer en este edificio si así lo deseo. ―Se la quitó y desabrochó varios botones de su camisa hasta dejar parte de sus tatuajes a la vista. ―¿Te has tatuado? ―Apple se acercó y quitó por completo su camisa. ―Alexer, ¡Eres el heredero al trono! ―Lo miró descolocada sin ser consiente que sus toques despertaron a una bestia que la desea a como dé lugar. ―¿Los tíos saben esto? ―¿Serás tú quien se lo digas? ―Apple apretó los labios, ellos hicieron una promesa, se guardarían cualquier secreto sin importar sus diferencias. ―Contesta, ¿Se lo contarás? ―Apple recorrió su musculoso cuerpo y tragando con dificultad negó. ―¿Qué es eso? ―Señaló un único tatuaje que está en su costilla, ella quiso indagar más, pero Alexer la apartó y volvió a cerrar los botones que ella abrió. ―¡Alexer! ―Se molestó por no dejarla ver que era eso. ―No es nada, déjame en paz. ―Gruñó sentándose tras el escritorio. ―¿Vamos a trabajar o te me quedarás mirando como si fueras una bruja? ―¡Eres un energúmeno! ―Gritó realmente molesta. ―No puedo contigo, ¿Por qué siempre tienes que comportarte de esa manera? ―¿Vas a llorar? ―Enarcó una ceja. ―¿Quieres que llame a tu noviecito para que te defienda de mí? ―Se burló. ―Cierto, no tiene las agallas para hacerlo, mis disculpas, lady. ―La barbilla de Apple vibró, pero no lloró. ―Ethan es el doble de hombre que tú. ―Alexer se sintió ofendido de inmediato. ―Él sí sabe tratar a una mujer y no rompe sus promesas. ―Lo señaló. ―A él le basta una sola mujer, no como a otros que para llenar ese vacío deben acostarse con medio mundo. ―Ladeó la sonrisa. ―Quéjese, príncipe, le he tirado a matar. ―Torciéndole los ojos, dio media vuelta y salió del despacho, ella necesita cambiarse esas bragas empapadas que tiene y tratar de buscarle respuesta a lo que sintió estando sola con Alexer. ―Veamos si merece esa confianza que tienes, pequeña manzanita dulce y tentativa. ―Ladeó la sonrisa tomando su móvil. ―Necesito que me pagues el favor. ―Agrandó la sonrisa, su plan es perverso, pero ya lo tiene claro, es como debe jugar porque la quiere y la tendrá. El día pasó demasiado rápido, Apple se vio obligada a poner al corriente a Alexer, para su sorpresa, el hombre ya había estudiado todo y captó las cosas realmente rápido. Ambos como siempre hicieron un excelente equipo y ya pronto tenían miles de ideas para presentar ante su equipo. ―Dios, muero de hambre. ―Se quejó Apple. ―Ya son pasadas las diecinueve horas, ¿No deberíamos dejar esto? ―Alexer miró su reloj de pulso. ―Cierto, tienes que cenar con tu prometido. ―No la miró. ―Vete, yo terminaré esto, a mí sí me importa más el trabajo. ―Apple lo miró con reproche, ¿Por qué si sabe que la está provocando se deja llevar? ―Bien, la empresa también es mía, así que es mi deber quedarme. ―Tomó su móvil. ―Cancelaré la cita con mi novio. ―Marcó el número y se llevó el aparato al oído. ―¿Qué pasa? ¿No te contesta el amoroso, perfecto y digno hombre? ―Enarcó una ceja. ―Vamos, déjalo en paz, está claro que no tiene tiempo para ti ahora. ―Apple volvió a cerrar la llamada, ¿Por qué no le responde? Es algo nuevo, él siempre le responde sin importar lo ocupado que está. ―Debe estar muy ocupado, él también trabaja, quiero que sepas. ―Alexer ladeó la sonrisa. ―Bien, entonces te invitaré a comer yo. ―Alzando el teléfono llamó a uno de los restaurantes que está cerca, al ordenar la miró a los ojos, ¿Está ella realmente preocupada porque ese imbécil no le toma la llamada? Después de un largo silencio, la comida finalmente llegó, Apple olvidó todos los modales y devoró la pasta que se había pedido, ella realmente tenía tanta hambre que no le importó las calorías ni nada que pudiera hacerla engordar. Alexer sonrió, ella es la misma de antes, esa chiquilla que es tan natural que se muestra tal cual es, por lo menos con él. ―Dios mío. ―Negó al tragar. ―Esto está realmente delicioso. ―Como siempre metió la mano en la comida de Alexer, es un reflejo, ya que acostumbran a eso. ―Esas papas están deliciosas. ―Se quejó. ―¿Cambiamos la mitad? ―Lo miró con ojitos de cachorros y eso prendió a Alexer. ―Vale. ―Aceptó. ―Hay cosas que jamás cambiarán. ―Susurró al verla reír feliz por el cambio de comida. ―Oh, no, señorita. ―Alexer retiró su postre. ―Usted se pidió el tiramisú, déjeme mi pastel de tres chocolates ahí donde está. ―Apple lo miró con ojos grandes de la incredulidad. ―¿Me vas a negar esto? ―Entristeció el gesto. ―Creí que realmente esto no había cambiado. ―Bajó la mirada, él supo que lo estaba manipulando, pero fue incapaz de pasar por alto su berrinche. ―Solo quería un poquito… ―Siempre me haces lo mismo y te lo quedas comiendo todo. ―Le recordó. ―Solo un poco y… ―Apple no lo dejó terminar, ella tomó el pastel y como él lo dijo, se lo devoró por completo. ―¡Lo ves! ―Apple carcajeó con la boca llena y para colmo lo embarró de chocolate al intentar quitarle el envase vacío. ―No, no, por favor… ―Intentó huir, pero Alexer ya estaba frotándose con ella para también ensuciarla. ―Vale, vale… ya. ―Intentó respirar. ―Déjame revisar el móvil, estoy esperando la respuesta. ―Alexer se apartó. ―Solo por eso te salvas. ―Apple riendo abrió el chat y al ver que era su novio y no el socio, agrandó más la sonrisa, pero esta se fue desvaneciendo conforme veía el contenido que le estaba llegado. Las lágrimas rodaron sus mejillas, ella se sintió destrozada por completo y Alexer lo supo, el imbécil es peor de lo que se imaginó.
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