Viernes, finalmente viernes, ese fue el pensamiento de Apple al saber que ya viene el fin de semana y no necesariamente debe estar cerca de Alexer fingiendo que no le duele verlo coquetear con otras mujeres y sonreírles de esa manera que la vuelve por completo loca. Una junta más, un par de horas en la misma oficina y finalmente podrá marcharse a casa de sus padres. Aquello tampoco le agradaba mucho, sus hermanos están de cumpleaños y como es costumbre toda la familia se reúne para la fiesta. ―Te dije que necesitaba esos papeles. ―Gruñó como el dictador que es. ―Me aseguraste que los tendrías preparados, Apple. ―La miró con seriedad poniéndola más nerviosa. ―¿Ahora qué haremos? ¿Trabajar más por tus descuidos? ―Apple trató de no escucharlo, ella buscó la carpeta, pero no la encontró.