—¿Ya terminaste el día laboral? — pregunto Dominick detrás de la bocina de su celular.
—Solo necesito firmar unos papeles, el día de hoy llegarán algunas esculturas para la exhibición del fin de semana, luego de recibir la carga, estaré libre por resto el de la noche— respondió Valerie, quien caminaba apresuradamente por los blancos pasillos de su galería de arte, había sido un día ajetreado y le para esas horas sus pies se quejaban de seguir pasando por la tortura de utilizar tacones.
—¿Cómo en cuanto tiempo serás toda mía? — ella se detuvo y sintió un calor familiar por dentro, vaya quien diría que su mejor amigo podría llegar a tener ese poder sobre ella.
—Creo que media hora. — respondió con la boca seca.
—Muy bien, te pasaré buscando, nos vemos luego. — y entonces colgó.
Ella
