Capítulo 4

1382 Words
Su rostro se torna pálido y poco a poco la fuerza que aplica para huir va disminuyendo. Inclina un poco la mirada y se queda en silencio. No quiero soltarla porque sé que de una u otra manera ella se irá, huira y probablemente me meta en problemas por hacer esto, pero mi desesperación me ha llevado a no pensar en la integridad de esa chica, aunque mis pensamientos siguen en guerra, la suelto y me atrevo a caminar hacia al basurero. Un aroma a asqueroso comienza a inundar mis fosas nasales, huele a desperdicios de la cafetería de la escuela, a rancio y también a desechos de los conejos del laboratorio, meto la mano intentando alejar mi nariz de esa asquerosidad, pero por mucho que lo intente mis esfuerzos son infructíferos, el aroma parece aprisionarme. Busco con la mano hasta que escucho el sonido de una bolsa, la tomo y la alzo de su sitio, es en efecto, lo que Harper tiro con la intención de deshacerse de ello, pero se me revuelve el estómago al darme cuenta de que tiene desperdicio sobre su superficie. Trato de ignorar el hedor así que meto la mano para constatar de que se trata y al sentir algo de apariencia rectangular lo tomo y lo saco de su sitio. Es un teléfono, pero no cualquier teléfono, sino el de mi hermana, lo reconozco al ver un sticker pegado por detrás que yo le regale en una ocasión que nos encontramos en la feria del condado. Ver ese artefacto no solo confirma mis sospechas, sino que me obliga a ir en contra de aquella chica y tomarla por su camiseta, sé que mi actuar es precipitado e impulsivo, pero de estar ella en mis zapatos también haría lo mismo, por lo que la sujeto bien para que no huya, pero sé que aquello no durara mucho tiempo, ya que podría gritar y probablemente alguien venga a su rescate. —¿Dónde esta mi hermana?—exijo saber, pero lo que veo me deja perpleja, esta llorando. —No lo sé—insiste, pero su tono de voz me indica dolor y preocupación, sin embargo, el cómo actuó ella y su familia me indica todo lo contrario. —¿Dónde esta mi hermana?—alzo la voz casi escupiéndole en el rostro, pero ella me dirige una mirada mordaz. —¡Ya te dije que no lo sé! —¿Por qué tienes su teléfono? ¿Por qué lo tiraste a la basura?—cuestiono evidenciando lo obvio. Ella me empuja e inevitablemente la suelto, pero no se va, en vez de eso, oculta su rostro con las manos. —Ella lo dejo en mi casa el día en que desapareció, quería devolverlo, pero mis padres dijeron que lo mejor era no involucrarse en el asunto, son abogados así que pusieron en valor la cuarta enmienda para que nadie violara nuestra privacidad y nuestro derecho al silencio—explica llorando. —¿Y por qué lo tiraste aquí? ¿Por qué no se lo diste a mis padres o en todo caso, a mí, si sabias que la estábamos buscando?—le reproche. —No debo involucrarme en el caso, así que decidí tirarlo aquí para que se lo llevaran a la fábrica de procesamiento, en cualquier momento iba a encontrarlo. Me quedo en silencio, mis pensamientos de rencor me indican no escucharla, pero mi razonamiento me dice que probablemente lo que dice es cierto, aunque el contenedor huele espantoso, tiene el sello de una fábrica a un par de kilómetros de aquí, los camiones recolectores llevan la basura de este tipo de contenedores a ese lugar, separan los residuos orgánicos y no orgánicos, así como residuos de manejo especial y peligrosos, para procesarlos de manera adecuada y usarlos para generar calor para el invierno. El comportamiento de esa familia es reprochable, sobre todo porque la vida de mi hermana esta en riesgo, pero ciertas leyes estadounidenses están hechas para autoprotegerse dejando a un lado el derecho de los demás, por lo que su actuar, aunque moralmente esta mal, legalmente no están haciendo nada malo. —Solo quiero encontrar a mi hermana—le solicito y mi voz comienza a quebrarse, estoy cansada de tener esperanza y no obtener nada de ella, quiero respuestas y soluciones, pero sé que si yo no hago nada, quizás nunca vuelva a ver a mi hermana—tal vez no sabes donde esta, pero quiero saber que fue de ella, lo que hizo antes de desaparecer. Harper me dirige una mirada melancólica, supongo que de cualquier forma ella es su amiga, así que también siente más o menos lo mismo que yo. —Ella estuvo insistiéndome que tuviéramos una pijamada justo esa noche, dijo que tenía algo que contarme, pero que no quería que su mamá escuchara, así que por eso debia ser en mi casa. Todo parecía normal, vimos películas e hicimos algunas mascarillas con recetas de unas revistas que llevo, cantamos y comimos algunas frituras, ya sabes todo lo que se hace en las pijamadas. —¿Qué era lo que tenía que decirte?—cuestiono sospechando que tal vez esa información es relevante para encontrarla. —Dijo que había conocido un chico muy atractivo, que de hecho ya llevaban varios meses saliendo—revela limpiándose las mejillas. —¿Y quién es él?—cuestiono interrumpiéndola. —No lo sé, no me enseño ninguna fotografía de él, pero dijo que no me lo había dicho antes por qué quería estar segura. Cada palabra que dice me deja con más preguntas que respuestas y eso me frustra porque si la familia de Harper no tuvo nada que ver con su desaparición, entonces ¿Quién fue? —¿Segura de qué? —Es que dijo que lo había conocido por una aplicación de citas—admite. Ahora entiendo el porqué mi hermana tenía miedo de hablar, quizás por miedo a que la juzgaran por jugar a conocer personas por medio de internet. —¿Qué?—digo un tanto perpleja. Se supone que la oveja negra de la familia soy yo, la que todo hace mal y es mi hermana quien siempre hace todo correctamente, la que nunca se mete en problemas, por lo que es imposible para mí, siquiera el imaginarla que hizo algo como eso cuando es tan peligroso. —Me parecio un poco extraño viniendo de ella, pero no dije nada porque todo parecía ir bien, incluso la vi responderle algunos mensajes antes de dormir, pero no se me hizo para nada extraño, hasta la mañana, nos levantamos y nos preparamos para ir al instituto, pero ella se veía extraña, como entre nerviosa y distraída, pero pensé que era por el examen que tendríamos, incluso hice una broma al respecto. —¿Entonces ella iba contigo?—cuestiono tratando de satisfacer no solo a mi curiosidad, sino también esos espacios oscuros en donde perdemos su rastro. —Si, pero después de tres manzanas de camino dijo que había olvidado su teléfono, así que iba a regresar por el. Le propuse acompañarla, pero ella dijo que me adelantara para apartarle un lugar en la clase de química—expresa Harper encorvando el ceño y negando levemente con la cabeza—debí ir con ella. —Pero nunca volvió por el teléfono—confirmo mirando el teléfono en mi mano. Mi cabeza es un mar de ideas y pensamientos, lo primero en lo que pienso es que tal vez alguien la secuestro mientras volvía por el teléfono, pero el nerviosismo antes de salir de la casa, no parece del todo normal para un simple examen. —¿Recuerdas si antes de irse mi hermana seguía nerviosa?—cuestiono para disipar mis dudas. —Si, de hecho parecía estar ansiosa, pero supuse que era por haber olvidado su teléfono, había guardado un par de notas ahí—explica ahora más calmada, pero, en cambio, yo me siento un tanto más preocupada por ella. —Entiendo—logro decir, pero esta siento un extraño nudo en el estómago, después de todo lo que he escuchado y del cómo se comportó mi hermana antes de desaparecer, intuyo que tal vez, aquel tipo que conoció tuvo algo que ver en su desaparición
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