El mejor dulce es el que podemos compartir Se dice que las personas puedan decir lo que quieren solo con su cuerpo, pero aquel hombre parecía una hoja en blanco. Le colocaba algo de crema a mi café mientras miraba de manera de precaución a Nickolas agitando el contenido de mi tasa para endulzarla. —Que necesitas hablar Nickolas —mi pregunta era directa y concisa, no quería enredarme con palabras. Meneaba mi café dándole un sorbo a este gusto terrenal. —Quiero que duermas todas las noches conmigo Aquello provoco que casi escupiera mi café, mis ojos miraban al francés como si hubiera vuelto loco— Creo que he escuchado mal—murmure levemente, no era posible que me estuviera pidiendo algo así, mucho menos a una mujer que apenas estaba conociendo. —Escuchaste bien—respondió de manera ronca