—Mm… —murmuró Chris mientras se llevaba la mano a la barbilla, en una pose pensativa—. Mejores amigos… Qué quieres que te diga, a mí me da mala espina. —A mí también —respondió Carter sentado en su sillón, organizando unos papeles sin ganas. Carter le había contado a su mejor amigo lo que pasó la otra noche con Madison y la implicación de su mejor amigo, Sebastian. Chris había escuchado atentamente lo que le decía su amigo, y mucho más por la forma en que lo estaba narrando. Carter se veía molesto y algunas veces con gesto desolado y angustiado, a medida que le contaba sus preocupaciones sobre Madison y aquel chico. El castaño pensaba que él no se daría cuenta; pensaba que para su amigo Kensington, iba a pasar desapercibido, demostrando indiferencia, pero sus cambiantes tonos de voz le