Durante horas estuvieron esperando que la operación se llevara a cabo. Ninguno había querido ni siquiera probar un bocado de comida. Pese a su embarazo, Juliette no podía pasar nada de comida por su garganta, estaba muy preocupada. La operación podía resultar exitosa, pero también podría no serlo. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, la puerta de la sala de cirugía se abrió y el doctor salió. Todos se pusieron de pie inmediatamente, con los corazones en vilo. —¿Cómo salió todo?— preguntó el abuelo Belmont, su voz temblando ligeramente. Juliette sintió que su respiración se detenía mientras esperaba la respuesta. —Realizamos la operación con éxito técnico—explicó el doctor, con una expresión neutra en su rostro. —Sin embargo, aún es temprano para saber si funcionó compl