La mañana siguiente, Juliette se despertó sintiéndose agotada. La noche anterior había sido una batalla emocional y mental. Juliette se levantó de la cama y tomó un ligero baño, tan solo para volver a acostarse como lo había indicado el médico el día anterior. Sin embargo decidió sentarse en el sofá de la habitación. Una empleada le había llevado un desayuno ligero que deseaba comer. Mientras tomaba de su jugo de frutas, escuchó que la puerta de la habitación se abría. No se imaginaba quién era, pero era el Dr. Bris que había prometido venir a revisarla debido a su embarazo de alto riesgo. Se levantó lentamente y caminó hacia la puerta, abriéndola para encontrar al doctor con una sonrisa amable en el rostro. —Buenos días, Juliette —saludó el Dr. Bris—. ¿Cómo te sientes hoy? —Bueno