Para Asher, el permanecer quieto en un solo lugar sin hacer absolutamente nada, siempre le resultó algo difícil, razón por la cual le costaba tanto el poder conciliar el sueño. El estar horas recostado con los ojos cerrados, intentando apagar su cerebro y que este se rehusara a hacerle caso, terminaba fastidiando a Asher, lo que le llevaba a desesperarse por no poder lograrlo, y finalmente levantarse de la cama, rindiéndose y prefiriendo hacer algo más productivo. En ese momento no había mucha diferencia al respecto, a pesar de que el estar más tiempo recostado terminó de quitarle ese malestar con el cual se despertó, la verdad es que en ese instante estaba casi paseándose por toda su habitación, haciendo la hora para finalmente poder salir de la casa y encontrarse con sus amigos, con