Capítulo 75 Me quería matar con un golpe Aprovechándome del momento, le di un par de lamidas más. Cuando sentí que ya estaba dejando de temblar y su respiración se volvió constante de nuevo, supe que había llegado el momento de dejarla. Antes solía ducharla, cambiar las mantas de la cama, su ropa y dejar todo organizado para ella después de hacerle el amor, la mayoría de las veces ella ni siquiera se enteraba de todo lo que hacía para que pudiera dormir tranquila y cómoda; ahora ni siquiera me atrevo a moverla demasiado, creo que ya fui lo suficientemente audaz como para hacerle ese delicioso oral mientras duerme… Suspiré sintiendo la dolorosa inflamación en mis bolas y mi polla tan dura y firme como un rodillo de los que usa nana para estirar el pan; por primera vez sintiendo lástima