Le doy una sonrisa de lado, aumentando lo que se comenzaba a crear en el ambiente.
─Deja de sonreír así─ me amenaza con su dedo índice. Joder, que sexy.
─¿Por qué? ¿Acaso esa sonrisa te hace sentir confundida… o nerviosa?─ Inquiero caminando despacio hacia ella. Con la sensación de tenerla en mi brazos incrementándose con tortura.
─¿Qué?─Pregunta irónica, frunciendo el ceño─ No, para nada… tú no pondrías nerviosa ni a una pobre planta─ sus palabras fundidas con humor satírico me excitan y ella no se da cuenta.
─Claro, claro… tú no eres una planta, eso lo puedo asegurar─ me detengo al frente de ella, a una caricia de distancia.
─Aléjate, sino…─ Mis manos le cortan las palabras.
La atraigo hacia a mí, de forma posesiva. Sus pechos chocan con mi pectoral, haciéndome sentir un goc
