Daysi se alejó con sus amigos del baño para que Enden pudiera salir. Marilyn le trajo una cerveza y los tres se quedaron conversando cerca del patio donde no había tanta música, pero ella no dejaba de pensar en lo que acababa de suceder con Enden. ¿Cómo pudo ser capaz de besarse y dejarse tocar de aquel joven?, ¿acaso le gustaba?, ¿o era el efecto de los tragos? Enden llegó con una botella de cerveza en la mano y se posó al lado de Daysi. —¿Dónde estabas? —preguntó Alex. —Estaba bailando —respondió Enden, después volteó a ver a Daysi y le mostró una ligera sonrisa. Daysi tragó en seco y bajó su mirada a la lata de cerveza, su garganta se secó y tomó un trago. —Daysi, vamos a bailar —pidió Alex. —Sí, vamos —aceptó la joven, sintiendo que aquello era una salvación para su gran