—Sigues siendo el mismo infeliz—le refuto Gloria mientras recogía los billetes regados en la habitación. Él fumaba un cigarrillo que casualmente traía en el bolsillo, estaba aplastado y había perdido un poco el sabor, pero era lo mejor que tenia. Tendido sobre el colchón de un motel de mierda, ese cigarrillo le supo, exactamente, a gloria. Algo malo había pasado en su mísera vida, era como si crudo y corrompido corazón volviera a latir después de mucho tiempo, como si regresara a la vida después de mucho tiempo en el infierno, estaba vivo y él odiaba vivir. —No puedo cambiar lo que soy cariño—musito él dejando salir el humo del cigarro por sus fosas nasales y lo que sobro, por la boca, el humo se esparció hacia lo alto del techo, él puso ver como subía e irradiaba gracias a la luz de col