-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- Francesco -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- – No me des la espalda – le escuché gruñir al haber dado tan solo un paso, y mi instinto de conservación me instó a darme la vuelta nuevamente – ¿Culpa mía? ¿Es mi culpa que te comportes como un imbécil que no piensa antes de actuar? – preguntó ella con incredulidad. – ¡Sí! ¡Estas volviéndome loco! – le grité en respuesta, ya estaba harto de que siguiera haciéndose la víctima en todo el asunto – Además, no actúes como si tú no hubieses hecho nada hoy. Yo no sabía que el tal Damián era gay, solo vi a un hombre joven oliéndole el cuello a mi novia, mientras ella lo único que hacía era sonreírle. – Estaba oliendo mi perfume, preguntándome cuál era para ir a comprarlo – respondió ella de inmediato, y su empeño en se