— ¡Jessica! — gritó Enith sin pensar— digo, ¿qué haces aquí? se supone que debías estar en Dubai —su voz temblorosa que delataba su nerviosismo. Elio al notar a la muchacha con el semblante pálido la acercó hacia su cuerpo para abrazarla, mostrando sus dientes blancos a Jessica con una sonrisa encantadora que dejaba sin aliento a cualquier persona atraída por el sexo masculino, la rubia solo arqueó una ceja curiosa ante la escena de los dos sospechosos, exhalando el humo de su cigarro. — Tuvimos que acortar el viaje por una emergencia de negocio de Roberto, ya sabes él siempre tan exitoso y perfecto —la rubia barrió con la mirada a la falsa pareja con unaasquerosa sonrisa en los labios. — Bien por Roberto, Jessica buenas noches, nosotros nos retiramos —dijo Elio con amabilidad abrié