— Señorita Enith tome asiento —dijo su jefe al momento que se sentaba detrás de su escritorio, Enith lo imitó— su llamada el día de ayer, entiendo perfecto el motivo por el cual faltó, son cosas que muchas veces no están en nuestro control. Pero el día de hoy usted deja de laborar con nosotros. —La cara petrificada de Enith le quitó el color de su piel facial. — Le pido una disculpa nuevamente, yo… ¿es por el recorte de personal? —preguntó Enith con mucho trabajo, pues las palabras le pesaban al salir de su boca. — No tiene de nada de qué disculparse, lo entiendo perfecto y no hay ningún problema con eso. Por desfortuna el motivo de mi llamado es que estamos empezando a hacer recorte de personal desde el día de ayer y usted es la siguiente en la lista. Las palabras de su jef