¡Sorpresa!

1703 Words
Ya ha transcurrido una semana desde que llegué a Denver, Alai no ha llamado para nada en estos días y tampoco contesta mis llamadas. Comienzo a creer que esta vez lo nuestro se quiebra y no podremos salvarlo, Britney y Peter se han mantenido en contacto,pero desde ayer que no le llegan mis mensajes, de todas formas no insistí ni les seguí enviando ya que entiendo que están disfrutando de sus vacaciones y pasando el tiempo por juntos, necesitan espacio. Por mi parte solo puedo concentrarme en los entrenamientos, estos últimos siete días he pasado casi diez horas en el estadio entrenando duro y conociendo al resto de alumnos becados como yo que consiguieron una oportunidad para alcanzar la gloria futbolera americana. Somos un equipo bastante fuerte, todavía falta solides y quizá un poco de compañerismo, pero por fuera de eso las cosas avanzan bien. En este equipo de inferiores cumplo el roll de Fullback, el mariscal de campo es un estudiante de Stanford, que irónico. —¿Cómo te sientes California? —El entrenador me hostiga corriendo junto a mi mientras troto la novena vuelta al campus. —Harto de escucharte, Bruney. —Entonces aun no estas lo suficientemente cansado ¡Corre más rápido, holgazan! Entorno mis ojos negando empezando aumentar la velocidad dejándolo atrás refunfuñando como perro rabioso, adoro a Bruney pero a veces me colma la paciencia. Durante el tiempo que nos mantenemos en el estudio de los Broncos se la pasa gritándome para "motivar mi disciplina" y molestando con sus chistes sarcásticos e irónicos, además de pasar el día disgustado por cada cosa que hago; pero al llegar a su casa todo es diferente. Entre esas paredes él se convierte en un niño de mamá, se sienta en el sofá a comer comida chatarra y pasar la tarde viendo partidos de fútbol hasta entradas las siete de la tarde donde debe ceder el puesto a su madre ya que es su hora de ver novelas. Ayer por la noche vino fastidioso hasta la habitación porque no pudo terminar de ver el partido, su madre lo corrió amenazando con tirar sus viejas camisetas universitarias que Bruney tanto atesora. Obviamente que eso sólo aumento su malestar causando que deba atravesar por una de las torturas más insoportables: Bruney enojado e insultando hasta la memoria de mi difunta bisabuela. Lo soporte unos minutos hasta que también terminé corriendolo de la habitación y, resignado, tuvo que irse al porche del jardín delantero a reflexionar sobre su comportamiento. —Si sigues así llegaras sin energías al partido —Sean Payton se acerca caminando hasta el césped. Yo dejé de trotar para relajar mis músculos y estirar un poco. —Lo sé, pero si no lo hago puede que me lesione o pierda el ritmo —río. —Muchacho, te veo aquí todos los días la mayor parte del tiempo. ¿A caso no deseas conocer un poco más del lugar o salir con amigos? —La verdad...mis amigos no están aquí y Bruney no es la mejor compañía para pasar un rato de distracción para relajarme. Lo veo de reojo como se agitó por estar corriendo junto a mi y de a poco se deja caer en el césped boca arriba como un lobo marino obeso. —Es un gran sujeto —se burla Sean junto a mi —, estas aquí desde las seis de la mañana y son entradas las cuatro de la tarde. Ve a casa, descansa un poco, tanto entrenamiento también puede ser dañino. —De todas formas no tengo mucho que hacer, no me molestaría quedarme un tiempo más. —Enserio Steven, ve a descansar es una orden —Payton aprieta mi hombro antes de marcharse sin darme la oportunidad de negarme nuevamente. No estoy contento con esto, pero si el mismísimo Sean Payton me ordena ir a casa y descansar, pues, eso mismo haré. Tras estirar mis músculos terminando mi ejercicio de cardio y resistencia comienzo a abandonar el verde césped del campus, Bruney aún sigue tirado boca arriba forzandose por respirar. Camino a las duchas pienso en sí llamar a Alai o no, la verdad esta situación me supera y no sé como manejarla. Por un lado quiero llamarla porque la amo, la extraño y la necesito; pero por otro la idea de qué esté en San Diego con el estúpido de Leighi, me haya mentido y ni siquiera sea lo suficientemente adulta como para llamarme y hablar de esto me genera cierto malestar, llego a la conclusión de que si la llamo volveremos a discutir. Y no quiero eso. Bajo el chorro de agua tibia mis músculos se relajan de a poco, necesitaba un baño a decir verdad. Aprovecho la oportunidad para intentar dejar de sobre pensar un poco, darle tantas vueltas al asunto no es algo que ayude tampoco a sentirme mejor. Tras varios minutos ya limpio salgo del agua, me cambio y salgo de las duchas con mi bolso de mano listo, quizá al llegar a casa de Bruney me acueste a dormir lo que queda del día. —Hola jugador estrella —Dess aparece por el pasillo con su bolso colgando del brazo y su celular en mano. Al verme sonríe. —Hola muñeca —choco mi puño muy superficial contra su hombro, ella me devuelve con un leve golpe al brazo. —Qué poca caballerosidad, Steven. —Lo siento, a veces olvido que eres una dama —me burlo. —Ash, vete al demonio. Ambos reímos, la castaña me comenta que iba rumbo al estacionamiento ya que su horario laboral terminó y quería ir a su departamento a descansar un poco. —¿Tú a donde ibas? Puedo alcanzarte si quieres —se ofrece amablemente. —Iba a casa de Brueny, pensaba pasar el resto del día durmiendo y escuchando algo de música. —¿Quieres venir a casa? Podríamos cocinar algo juntos y tengo un sofá cómodo para que duermas. —No quiero molestar, debes estar agotada del trabajo. —No es molestia, Nouh. Además pasar tiempo contigo se volvió mi pasatiempo más divertido —se encoje de hombros. Lo pienso unos segundos y termino por aceptar ¿Qué pierdo por ir a pasar el rato con Destiny, comer algo y distraerme? Es un buen plan y admito que pasar tiempo con ella también se me hace muy divertido. —De acuerdo, pero pediremos sushi. Yo invito. —No entiendo como puedes comer esa porquería. —¡Oye más respeto con el sushi! ╚══ஓ๑♡๑ஓ══╝ —Hogar dulce hogar —canturrea cuando entramos en su guarida. El lugar es muy bonito, su decoración es minimalista en tonos grises, blanco y n***o, muy moderno y reconfortante. Dess es bastante obsesiva de la limpieza y el orden, aquí todo brilla impecable. El aroma de ella se siente por cada rincón del departamento, observo que tiene algunas viejas fotos de la secundaria y de sus padres en las repisas. Dess tira de mi mano obligandome a avanzar detrás de ella. —¿Qué opinas? —rodea el desayunador para ir directo a la nevera, de allí saca jugo de naranja y sirve dos vasos dándome uno. —Muy bonito, me encanta la ambientación es muy...tú. —Gracias, trate de que mi lugar en el mundo sea muy yo a decir verdad —ríe antes de dar un trago a la bebida —, creo que lo logré. —Si, siempre reonoci que eres muy buena decorando lugares y cambiando cosas. No podría imaginar tu casa de otra manera. —Me conoces demasiado, Steven. Eso me preocupa —suspira dramatizada. —Fuimos novios en secundaria, obvio te conozco. —Eso no cuenta, fue mi época más humilde. Estaba desquiciada —al recordarlo hace muecas raras y graciosas. —Eras una demente. Me burlo comenzando a molestarla, ella me retruca algunas veces y otras finge ofenderse con diversión, sus ojos celestes se intensifican cada vez que nuestras miradas se conectan. Recuerdo cuando me gustaba ver sus expresiones cuando estaba distraída, Dess solia ser la chica más linda que habían visto mis ojos hasta el momento, pero luego llegó Alai y con el tiempo las cosas cambiaron. —Deja de mirarme, raro. —Deja de seducirme con tu ojo bizco —me burlo. —¡Noah Steven! —grita cubriendo su rostro —, te odio. —Sé que me adoras, Williams. Forcejeo con ella intentando que deje de cubrir su rostro, las risas se hacen presentes cuando por diversión comenzamos a molestarnos como solíamos hacerlo, Dess se queda en silencio. Ahora es ella quien me observa. —¿Tengo un moco? —la reojeo. —No, es que...—carraspea incómoda. Me giro a verla y noto que estábamos muy cerca el uno del otro, ella se incla a mi para besarme pero instintivamente corro el rostro con mucho cuidado. Ella suspira frustrada juntando nuestras frentes. —Lo siento, fue un impulso. —No te preocupes, pero sabes que esto no pasará —hablo entre susurros. —¿No te atraigo? —No es eso, Dess sabes que estoy con Alai. —Pero cuando estabas conmigo si la besaste a ella. Por unos segundos ambos nos quedamos en silencio, Dess niega alejándose un poco y con su mirada cargada de tristeza. —A mi no me amabas —sentencia —, por eso si pudiste besarla aún estando conmigo. —Dess yo... Mi celular suena en el bolsillo de mi pantalón, me apresuro a sacarlo ya que el sonido es el rington personalizado que le puse al contacto de mi novia, rápidamente acepto la llamada y me pongo d epie alejándome de Destiny quien me mira apenada. —¿Bebé? —siento que se me estruja el corazón. —Hola chico más guapo del universo, siento no haber llamado y estar distante, pero tengo un porqué. ¿Quieres saber? —Claro que si, te oigo. —Estuve ocupada haciendo cosas con Parker. —Oh...—entorno mis ojos. —Te preguntaras "¿Qué cosas?", te explicaré cuando consiga un taxi y vaya a verte. Estoy en Denver, envíame tu ubicación para ir a por ti. —¡¿Que?! ¿Dijiste en Denver? —¡Sorpresa!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD