Capítulo 10

2093 Words
No sabía ni siquiera lo que tenía que hacer en ese momento. Todo mi cuerpo estaba petrificado y mi cerebro se había desconectado de mis extremidades y de mi boca por lo que no puede decir ni una sola palabra. Benjamín la abrazó por los hombros y le dio un beso en la coronilla de la cabeza, los mire con atención, tratando de no expresar los miles de sentimientos inexplicables que pasaban dentro de mi cabeza como estrellas fugaces. Para mí el tiempo se había detenido y la única cosa que daba vueltas en ese momento era mi cabeza ¿Por qué nunca me dijo que tenía una novia? Nunca lo menciono en las pocas veces que habíamos conversado. Mi corazón me dolía y era como si se esforzará por bombear sangre a todo mi cuerpo pero lo hacía con gran dificultad, quizás por las circunstancias en las que me encontraba en este momento. Empezaron a hablar entre ellos mientras yo me mantenía mirando el suelo inexpresivo y con el pequeño dolor en el pecho ¿Por qué? Después de tanto tiempo no lograba comprender que es lo que me pasaba con Benjamín. Una parte de mi sabía perfectamente lo que estaba pasando pero me negaba a aceptarlo rotundamente, al menos por ahora o quizás para siempre ¡Tenia novia! Nada de lo que yo pudiera pensar o sentir por Benjamín podría pasar, no desde que él estuviera con alguien. No podría ser la razón de destruir algo. Aún no podía creer que la primera vez que... Me pasaba algo así, resultara tan mal como ahora, me sentía como un completo idiota. No entendía porque no me mantuve como antes, sin fijarme en nadie y sin que nadie se fijase en mí. Debía admitir que pensar lo último era estúpido, Benjamín no se fijó nunca en mí, fui yo el que empezó a crear fantasías en mi propia mente. Solo quería ser mi amigo y puede que eso sea bueno, tener un amigo aparte de los que ya tenía pero ¿Era bueno para mí? No sabía si lo era. Busque entre mi cajón de ideas la excusa más patética que se me podía ocurrir para largarme de ahí, sabía que hacia un mal tercio aquí y podía que necesitaran privacidad para hablar. Por lo que noté, las cosas estaban muy tensas entre ellos, tanto que se podría pasar un cuchillo por el aire y cortarlo. - Creo que será tiempo de que me vaya. Hoy me toca hacer la cena en casa - dije con frialdad. - ¿No te quedarás? Podríamos hacer algo los tres - replicó ladeando la cabeza. - No quiero preocupar a mamá. Adiós Benjamín y adiós... - Abby - dijo con seriedad la chica. - Adiós. Me dirigí hacia la ventana pero la voz de Benjamín me detuvo. - Te ayudaré a bajar las escaleras. - Yo puedo solo - afirme sin mirarlo. Me perdí entre los plásticos intentado con todas mis fuerzas no mirar atrás y contener las lágrimas que amenazaban con salir. Me acerque a la ventana y me di cuenta de que ya estaba bastante oscuro por lo que me entro un poco de pánico, podía ser bastante peligroso pero trate de no pensar en eso, por primera vez en mi vida intente pensar positivo, de que nada me iba a pasar y de que era capaz de bajar por las escaleras yo solo, además debía escapar pronto de ahí. Antes de salir por la ventana escuche la voz enojada de Abby. - No puedes hacer eso. Está muy mal ¿Te gustaría que te lo hicieran a ti? Serías capaz de... Salí rápidamente para evitar escuchar lo que estaban hablando, no quería saber nada acerca de lo que estaba pasando entre ellos. No era de mi incumbencia. Me aferre con fuerza a las barandillas y pise en su totalidad cada peldaño, despacio. Desciendo por la escalera hasta llegar a tierra firme, cosa que agradecí al instante. Solo esperaba no tener que volver a ese lugar en un largo tiempo. Comencé a caminar lo más rápido que pude devuelta a casa mirando cada diez segundos si alguien me seguía, ojalá hubiera podido traer mi auto y así no estaría en esta situación. Pase por calles llenas de gente para no sentirme solo y no pensar en lo que pasó hace unos momentos. Tenía que considerar que Benjamín podría ser un buen amigo, no tan cercano como Carter pero si alguien a quien podría acudir en caso de que mis otros amigos no estén o quién sabe. Debía olvidarme de lo que estaba empezando a sentir por él y guardarlo en el rincón más profundo de un cajón en mi cabeza. Podría sobrevivir con eso. Una vez en mi casa, me metí directamente a mi habitación. Salude a mi familia y le dije a Lauren que no quería nada de cenar, mintiendo en que Benjamín me había invitado a comer y estaba lleno. Me cambié de ropa y me metí bajo las colchas de mi cama para tratar de dormir pero mis pensamientos no dejaban de viajar a Benjamín. No sabía exactamente la razón por la que me había invitado a salir a lo que claramente era algo así como una cita, claramente no le debía de atraer en lo más mínimo porque tenía a su novia y no creía que le pudiera llegar a gustar alguien como yo. En una parte remota de mi cerebro, una voz me gritaba que si le gustaba pero no la escuche, nada sería posible mientras él estuviese con ella y el solo parecía querer una amistad conmigo. A la mañana siguiente me desperté con los ánimos por el piso. Hice mi rutina habitual y baje a desayunar un plato de cereal que ni siquiera me esmere en terminar, ni siquiera tenía energías para comer. Mi estado mental estaba demasiado frágil en ese momento, lo cual afectaba mi estado físico. Pareciera que no hubiera dormido en toda la noche, me sentía cansado y con ganas de no ir a la universidad. Cuando “termine" con mi desayuno, me puse la mochila y salí por la puerta hasta llegar a mi auto, abrí la puerta y me metí dentro del coche. De mi mochila saque unos audífonos, los conecte a mi celular y puse mi playlist favorita mientras conducía a la casa de Stephan para recogerlo. En cuanto llegue por él, trate de poner mi mejor cara cuando se sentó a mi lado y me saluda. Se quedó analizando mi rostro durante un buen rato. - ¿Qué te paso? Pareces sacado de una película de terror - dijo señalando mi cara. - Gracias - masculle entonando los ojos. - ¿No dormiste anoche? Conduje despacio por las calles tratando de poner atención en el camino y en mi amigo. - Si, pero por algún motivo me siento fatal. - ¿Pasó algo? Quisiera decirle lo que pasó, lo de Benjamín, su novia y lo que sentí al saber que estaba en una relación pero presentía que no sería una buena idea por mi parte y lo arruinaría todo aunque ya de por sí, estaba arruinado. - Nada. Debe ser tanta presión de la universidad. - También me pasa a mí... Comenzó a parlotear durante todo el trayecto a la universidad, yo fingí escucharlo y respondí con unos cuantos sonidos para que pensara que estaba prestando atención pero la verdad era que estaba en otro planeta sin saber qué hacer. El mundo real me parecía demasiado terrible en ese momento y me gustaría desaparecer por completo. Tendría que verlo en cuanto entre a clase y si me hablaba no sabría que decirle, ayer debí parecer patético y quién sabe si mi cara inexpresiva funcionó ayer o si noto que me afectó el tema de su novia, solo esperaba que no y que no me volverá a hablar porque no me quería acercar más a él. Estacione el auto en el aparcamiento de la universidad y vi de inmediato a Ginger y a Carter en la entrada de la universidad. Nos reunimos todos y comenzaron los interrogatorios sobre mi aspecto. Esta mañana en el espejo trate de hacer mi mayor esfuerzo aunque si fuera chica claramente un poco de maquillaje podría arreglarlo todo pero no era mi caso. Les di la misma respuesta que le había dado a Stephan y dejaron pasar el tema pero antes tranquilizándome de que solo serán unos meses más y todo terminará. Mi corazón se desbocaba a medida que me iba acercando al aula de clases. No quería verlo, no sabía cómo reaccionar en cuanto lo vea ¿Qué pensará el de mí? Esperaba que nada y que las cosas siguieran normales pero sabía que a la primera oportunidad que tuviera se acercara a mí. Respire hondo antes de entrar al aula y cuando di un paso al frente lo vi ahí sentado detrás de mi asiento habitual. Se me cayó el alma a los pies y sentí unas terribles punzadas en el pecho pero debía ser fuerte. Camine detrás de mis amigos con la cabeza gacha, llegue a mi puesto sin dirigirle la mirada y con toda la naturalidad de la que era posible fingir, me senté. Saque mis cosas de la mochila y las puse sobre la mesa y entonces siento que toca mi hombro con un dedo. ¡Mierda! Me gire lentamente mirando al suelo, me prepare un instante y entonces alce la mirada hacia él. Iba vestido como siempre, muy bien. Sus ojos dorados se dilataron tanto haciendo parecer que sus ojos eran negros, su cabello revuelto iba de un lado para otro como siempre. - Hola - me saludó extendiendo la mano hacia adelante. - Hola - hice lo mismo y estrechamos las manos. Me sentí incómodo en ese momento y mi mente rogaba para escapar de ese lugar. - ¿Llegaste bien a casa? - Si. Lo hice - murmure encogiéndome de hombros. - Te hubiera acompañado a casa pero llegó Abby y necesitábamos hablar. - ¿Paso algo? - Estamos mal. Ya no es la misma de antes y ayer empezamos a pelear cuando te fuiste. Sinceramente no quería arreglar las cosas con ella, quería salir contigo. Me quede paralizado en ese preciso momento y era como si hubiera puesto un hechizo sobre mí. Con esas simples palabras me dio mucho en lo que pensar durante un buen rato. Oh no, no podría concentrarme para nada en la clase. El profesor entró por la puerta, le dedique una mini sonrisa a Benjamín y me gire para mirar al frente. Así que prefería estar conmigo que con su novia, puede que eso fuera bueno pero no debía hacerme falsas esperanzas. Necesitaban arreglar las cosas y las arreglaron, no tenía duda de ello. Entonces ¿Que debía hacer yo ahí? Quizás después quiera hablar conmigo y me lo diga todo. No entienda de dónde saca sus comentarios de doble sentido o porque me los decía. Si me decía que no llego a ningún arreglo con Abby entonces ¿Qué pasaría? ¿Cabría la posibilidad de tener una amistad? o quizás lo que una parte de mi tanto quería. Estar con él en algo más que una amistad. Pero y si no pasaba nada, entonces tendría que quitármelo de la cabeza de algún modo porque, sin darme cuenta él ocupaba mis pensamientos durante todo el tiempo que permanecía despierto y cuando estaba dormido, él era capaz de colarse en mis sueños. Las clases pasaron volando y no pude mantener la concentración en ninguna de ellas. Llegada la hora del almuerzo hice la fila detrás de mis amigos. Mire detrás de mí para ver si estaba Benjamín pero no lo vi por ningún lado, baje la mirada y sostuve la bandeja con debilidad mientras comencé a poner los alimentos sobre ella, solo unos pocos porque no tenía nada de hambre. Salí de la fila para ir a la mesa con mis amigos pero entonces aparece Benjamín y me agarra por los hombros y me arrastra hasta las puertas de la cafetería. - ¿Qué estás haciendo? - le pregunte con el ceño fruncido. - Quiero salir. Está cafetería me aburre. - ¿Has pensado en que yo quiero salir? - pregunté mirándolo seriamente. - Por favor. Quiero hablar contigo. - ¿Por qué? No soy muy bueno hablando - le asegure. - No digas eso. Eres bueno hablando y también escuchando y quiero que me escuches, eres la única persona que me entiende.
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