—Einar. —Su voz agitada lo tensó una vez la escuchó. —Nunca se sabe qué ángel te llevará a conocer el infierno. —Einar se detuvo en seco antes de salir del comedor, se negó a voltear, su cerebro envió una clara orden de continuar su camino, pero su corazón duro como roca por primera vez palpitó de manera extraña y volteó. —Y yo soy el que te corresponde. —Ambos se miraron a los ojos por un largo tiempo y las cosas quedaron más que claras, pero Einar no está dispuesto a comprender nada. —Pueda ser que tus alas no se quemen al tratar de mostrarme el mundo que conozco a la perfección. —Sin más salió del comedor envuelto en mil dudas y en ese sentir que aún no puede descifrar. Nancy le dio información, ella le abrió la mente, pero sabe que él mismo le arrebató su inocencia al mostrarle ese