CAPÍTULO VII Tardaron bastante tiempo en llegar junto al yate y cuando lo hicieron, Perry bajó corriendo por la pasarela para exclamar: —¡Gracias a Dios que las has encontrado! Has tardado tanto que empezaba a preocuparme. —Todo ha salido bien— dijo el Marqués—, ellas están sanas y salvas. Entregó la niña medio dormida a Perry y cuando Norita se disponía a seguirlos, el Marqués dijo: —Creo que Alice debe ir directamente a la cama y no deseo que usted hable con nadie. —Yo no lo deseo tampoco— contestó Norita en voz baja. Bajó del carruaje y subió por la pasarela. Supuso que el resto de los invitados estaría esperando para poder enterarse de lo que había sucedido. Perry llevó a Alice hasta su camarote, acostó a la niña en la cama y, cuando Norita se reunió con ellos, dijo: —Ha debid