LILA Había salido de la casa hecha una furia, pero esto ya era demasiado. ¿Cómo iba a bajar de esta montaña? Mientras miraba a mi alrededor buscando una solución, la puerta se abrió de repente. Apenas vi el movimiento, aceleré el paso y empecé a caminar. —¡Lila! —gritó Logan detrás de mí. Ignoré su llamado y seguí caminando sin mirar atrás, pero no tardó en alcanzarme y volver a agarrarme de la muñeca. —¡¿Qué rayos quieres ahora?! —espeté, girándome hacia él. —No te voy a dejar ir —dijo con determinación. —¿Por qué? ¿Por qué te gusta hacerme sufrir tanto? ¿No eras tú quien no nos quería? Pues bien, me voy. Me salgo de tu vida para siempre. —No quiero que te vayas —contestó, con voz tensa—. Mira, sé que estás enfadada. Sé que vas a intentar casarte con ese tipo de la forma más absurd